lunes, 29 de junio de 2015

El mero roce con esta planta provoca tanto dolor que puede llevarte al suicidio

Hay plantas que por alguna razón son más violentas que cualquier animal o cualquier veneno químico. Una de ellas, y quizá la peor de todas, el el famoso gimpi gimpi, cuyo nombre no tiene nada que ver con su temperamento. Este arbusto verde y frondoso prolifera en las selvas tropicales de Australia, las islas Molucas e Indonesia, y está cubierto de agujas huecas en forma de pelo que contienen una poderosa neurotoxina que causa un dolor insoportable. Incluso respirar los pelillos flotantes puede provocar estornudos, erupciones o sangrado de nariz. La entomóloga y ecologista Marina Hurley, quien estudia varias especies de árboles venenosos ha comparado el gimpi gimpi a “ser quemado con ácido hirviendo y electrocutado al mismo tiempo”. Es decir, el dolor que provoca es tan fuerte que la víctima puede llegar al suicidio para terminar con él. Así es como el virólogo Mike Leahy explica los efectos mortales del gimpi gimpi: Lo primero que sentirás es una sensación de ardor muy intensa y esta aumenta durante la siguiente media hora volviéndose cada vez más dolorosa. Poco después de esto, te pueden doler las articulaciones y tus axilas se pueden hinchar, lo cual puede ser casi tan doloroso como el ardor original. En casos severos, esto puede llevar a un shock o incluso a la muerte. Las anécdotas de sus efectos secundarios abundan. Se sabe que muchos caballos han muerto a causa de rozar sus patas con el gimpi gimpi, o incluso saltado a una barranca para terminar con su dolor. Sin embargo, algunos marsupiales y pájaros consumen sus hojas y frutos sin problema. Hurley nos muestra la planta en este video: El motivo de una defensa tan violenta es un misterio; 15% de sus efectos dolorosos sería suficiente para ahuyentar a casi cualquier depredador que se quisiera acercar. Sin embargo, sigue siendo inocua para algunas especies. El gimpi gimpi es un fascinante misterio de la naturaleza, pero si alguna vez te rozas con uno, esto es lo mejor que puedes hacer (según Wikipedia): untar ácido clorhídrico sobre la piel expuesta y sacar los diminutos pelos con una cera de depilar, de lo contrario los pelos no dejarán de liberar toxinas.

jueves, 25 de junio de 2015

Patrick Macnee, famoso por su papel de John Steed en "Los Vengadores", ha muerto a los 93 años.

Un hombre que personificaba el epítome de la gent británica en todo el mundo se ha ido. Patrick Macnee, que jugó más famoso John Steed en Los Vengadores durante los años 1960 y 70, ha muerto a la edad de 93. Nacido en Londres, Macnee fue una escuela contemporánea de Sir Christopher Lee, con quien actuó en varias producciones, luego fue a Eton College, donde inicialmente se destacó antes de ser inculcado a cabo para la venta de pornografía a sus compañeros de estudios y actuando como un corredor de apuestas. Se alistó en la Marina Real y se convirtió en un navegador de torpederos motor que patrullan el Canal Inglés y el Mar del Norte. Sus verdaderas ambiciones actorales vendrían después de su servicio militar: se comenzó a tratar su mano en Londres, y trabajó en el escenario, pero el verdadero impulso a su carrera llegó cuando un amigo le ofreció un trabajo en Canadá. Él comenzó a tomar pequeños papeles sin acreditar y trabajo extra en películas e incluyendo un debut en Pygmalion en 1938 que cuenta con películas como Laurence Olivier Hamlet , la versión 1951 de A Christmas Carol , Les Girls , The Howling , tesoro del rey Salomón , This Is Spinal Toque , A View to a Kill , máscara de la Muerte Roja e incluso la adaptación cinematográfica de 1998 Los Vengadores en su CV Pero fue la televisión, donde realmente brilló, jugando el jugador de bolos sombrero-deportiva, paraguas portando John Steed, quien se convirtió en un personaje icónico después de que el personaje principal original, de Ian Hendry David Keel, la izquierda al final de la primera serie Los Vengadores '. Macnee, junto a una sucesión de parejas femeninas, incluyendo Honor Blackman, Diana Rigg y Joanna Lumley, era el misterioso, encantador y siempre gentil héroe, que evitó armas pero siempre encontró la manera de luchar. Su carrera en la televisión era larga y exitosa, y lo vio como un actor de carácter regular de aparecer en los gustos de Columbo, Battlestar Galactica, The Love Boat, Hart y Hart y Frasier. Ha sobreviven sus hijos y un nieto.

miércoles, 24 de junio de 2015

Muere Marujita Díaz a los 83 años

La popular actriz y cantante sevillana Marujita Díaz ha fallecido a los 83 años en una clínica madrileña por una parada cardiorespiratoria, tras luchar durante cuatro años contra un cáncer. Imágenes 1 Foto Fotogalería 10 Fotos Muere la actriz y cantante Marujita Díaz El cuerpo de María del Dulce Nombre Díaz Ruiz, que era su nombre verdadero, será trasladado a lo largo de la mañana al tanatorio de la M-30 de Madrid, donde se instalará la capilla ardiente. Polifacética artista, hizo teatro, revista musical, canción española, cine y televisión, pasando por géneros tan dispares como el tango, el pasodoble, el cuplé o la zarzuela. Entre sus canciones más conocidas destacan Soldadito español, Banderita y versiones de cuplés como Si vas a París papá. De niña destacó por su afición al baile, la canción y el teatro: debutó sobre las tablas con solo 6 años y a los once formó parte de un cuadro artístico con el que actuó como cómicaNacida en Triana (Sevilla) el 27 de abril de 1932, era la segunda hija de un ex-tramoyista del Teatro Apolo de Madrid que tenía una carpintería. De niña destacó por su afición al baile, la canción y el teatro: debutó sobre las tablas con solo 6 años y a los once formó parte de un cuadro artístico con el que actuó como cómica. A los 16 años se estrenó en el cine de manos de Tony Leblanc en La cigarra. Comenzó a trabajar en el cine Chueca para hacer entreactos y fines de fiesta. Al mismo tiempo, en el Circo de Price, estrenó Luces de Madrid con Trudi Bora, donde fue descubierta pese a formar parte del coro. En la revista comenzó a escalar puestos hasta convertirse en vedette y posteriormente, debutó en la gran pantalla junto con Imperio Argentina en los filmes La Cigarra y La Revoltosa. En 1950, la productora CIFESA le ofreció un contrato cinematográfico en exclusiva de dos años, que le permitió seguir haciendo teatro. A finales de la década realizó su primer viaje a Latinoamérica, donde permaneció un año. En 1958, el productor Cesáreo González la invitó a participar en unas Semanas del cine español por varios países. Fue precisamente durante esta gira cuando conoció al que habría de ser su primer marido, el venezolano Espartaco Santoni, con el que estuvo casada casi cuatro años. Ganó la fama con títulos del cine folclórico como El pescador de coplas o Puebla de las mujeres, Pelusa, La casta Susana o La Cumparsita, pero nunca dejó de lado su carrera teatral. En los años cincuenta y sesenta también fue célebre por sus papeles en comedias. Tuvo dos conocidos matrimonios: el mencionado con Espartaco Santoni entre 1958 y 1961, con el que creó una productora de cine. Tres años después volvió a casarse con el bailarín Antonio Gades, matrimonio que fue declarado nulo. En 1999 saltó a las páginas de la prensa del corazón por su noviazgo con un joven cubano, Dinio, con quien rompió en 2002. No tuvo hijos. Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2496166/0/marujita-diaz/muere/edad-83/#xtor=AD-15&xts=467263

sábado, 20 de junio de 2015

Acusado de 9 delitos de asesinato el autor confeso de la matanza en una iglesia de EE UU

El joven blanco detenido tras causar nueve muertos a tiros el pasado miércoles en una iglesia negra de Charleston, en Carolina del Sur, en EE UU, fue este viernes acusado de nueve delitos de asesinato, informó la Policía de esa ciudad. Otras imágenes 2 Fotos Dylann Roof, de 21 años y detenido horas después del tiroteo, también fue acusado de un delito de posesión de armas, precisó la Policía Está previsto que Roof comparezca este viernes ante el juez y ha confesado que fue él quien disparó el miércoles por la noche contra un grupo de personas que participaban en una lectura de textos sagrados en la Iglesia Africana Metodista Episcopal (AME) de Charleston. Seis mujeres y tres hombres, entre ellos el pastor de la iglesia, murieron en el tiroteo y, según el relato de uno de los tres supervivientes, Roof justificó su acción diciendo que los negros se están "apoderando" de EE UU. Fuentes cercanas a la investigación indicaron este viernes a la cadena NBC que Roof explicó a la Policía que estuvo "a punto" de no disparar porque los feligreses, con quienes estuvo rezando durante una hora antes del tiroteo, fueron "muy amables" con él. Sin embargo, finalmente el joven decidió que tenía que "seguir adelante con su misión", según esas fuentes. Iniciar una "guerra racial" Amigos y conocidos de Roof han contado a los medios que el joven hablaba de iniciar una "guerra racial" y de la segregación de los negros, pero nadie pensó que pudiera cometer una matanza. En una de las fotos tomada de su perfil de Facebook, se le ve vestido con una chaqueta que tiene, aparentemente, una bandera de la Sudáfrica del apartheid (segregación racial) y otra de Rodesia, antigua colonia británica de África Meridional que estuvo gobernada por la minoría blanca hasta convertirse en el actual Zimbabue en 1980. Pena de muerte para Roof El jefe de la Policía de Charleston, Greg Mullen, aseguró estar convencido de que fue un "crimen de odio" y el Departamento de Justicia ha abierto una investigación para determinar si, efectivamente, la masacre tuvo motivos raciales. Roof explicó a la Policía que estuvo a punto de no disparar porque los feligreses fueron muy amables con él La gobernadora del estado de Carolina del Sur, Nikki Haley, ha pedido por su parte este viernes que Dylann Roof sea condenado con la pena capital si es declarado culpable. En una entrevista en la cadena NBC, la gobernadora republicana ha declarado que el "estado está herido por la muerte de nueve personas inocentes", por lo que se ha mostrado favorable a que Roof, joven de 21 años, sea condenado con la pena de muerte. Además, Haley ha asegurado que le gustaría que Roof sea juzgado por cargos estatales en Carolina del Sur antes que cargos federales. En las últimas horas se ha sabido que el arrestado recibió una pistola como regalo de cumpleaños de su padre, aunque ya bajo custodia Roof indicó que la compró en abril. Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2493904/0/acusado-delitos-asesinato/autor-confeso/matanza-iglesia-eeuu/#xtor=AD-15&xts=467263

lunes, 15 de junio de 2015

Dos adolescentes pierden un brazo en sendos ataques de tiburón en EE UU

Dos adolescentes perdieron cada uno un brazo en dos ataques distintos de tiburón el pasado domingo en la misma playa de Oak Island (Carolina del Norte), en la costa este de EEUU, informaron este lunes las autoridades locales. Ambos fueron trasladados en helicóptero al hospital regional de la localidad de Wilmington, donde se encuentran estables En primer lugar, una joven de 13 años fue atacada cuando nadaba en una playa de la isla, alrededor de las 4.15 de la tarde hora local; y hora y media después un adolescente de 16 años sufrió un ataque similar. Ambos fueron trasladados en helicóptero al hospital regional de la localidad de Wilmington, en Carolina del Norte, donde llegaron en situación crítica, según la portavoz del centro médico, Martha Harlan, en declaraciones recogidas por el diario local Star News. La joven sufrió la amputación del brazo por debajo del codo y, en el caso del chico, por debajo del hombro, explicó Harlan, quien señaló que los dos estaban en condición estable tras ser intervenidos. La alcaldesa de la ciudad, Betty Wallace, subrayó que este tipo de ataques son "muy inusuales" en la isla y que las autoridades estudian la situación. La playa fue cerrada este domingo tras los ataques, pero este lunes ha estado abierta y vigilada por varios helicópteros. Oak Island es un popular destino turístico del sur de Carolina del Norte, que cuenta con 7.000 residentes en invierno que se multiplican hasta los 25.000 en los meses de verano. Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2490273/0/adolescentes/pierden-brazo-tiburon/eeuu/#xtor=AD-15&xts=467263

jueves, 11 de junio de 2015

Muere el último mito del terror clásico Christopher Lee, de 93 años

Es inevitable arrancar un repaso de la carrera de Lee con un tópico: su filmografía guarda muchos más personajes que Drácula. Es habitual resumir las carreras de los mitos del cine fantástico, tan proclives al encasillamiento, desempolvando sus papeles menores, a menudo aquellos de los que los propios actores se sienten más satisfechos: Vincent Price fue más que un atormentado villano de Poe, Peter Cushing más que Van Helsing, Boris Karloff más que el monstruo de Frankenstein. Pero ninguno de ellos fue tantísimo como Christopher Lee, que ha dado vida a una cantidad de iconos inmortales de la cultura popular absolutamente apabullante, de Sherlock Holmes a Fu-Manchú. Participó, en papeles secundarios pero muy sustanciosos, en tres de las franquicias más lucrativas y taquilleras de la historia del cine, como son Star Wars, El Señor de los Anillos y James Bond. Y su presencia en producciones de serie B y clásicos menores es también intensísima. Era uno de los rostros más reconocibles, inquietantes y carismáticos del celuloide. Antes de la llegada de la fama a nivel mundial con Drácula (Terence Fisher, 1958), Lee ya había interpretado a otro monstruo mítico en una producción Hammer. Se trata de la película que convirtió a este estudio británico en el gran renovador del cine fantástico moderno, gracias a notorias dosis de sexo y violencia que otorgaban una morbosa capa de significado adicional a los mitos del horror gótico. Arrancaron con La maldición de Frankenstein (Terence Fisher, 1958) donde se encontró por primera vez con su eterno enemigo Peter Cushing, dando vida al infame doctor. Lee interpretó a la Criatura, una muy distinta al monstruo bonachón y perseguido de Boris Karloff: el aspecto de Lee, oculto tras una capa de legendario maquillaje de Phil Leakey era viscoso, repulsivo, lleno de remiendos, con un ojo saliéndose de la órbita. Su monstruo supuso un repulsivo para los nostálgicos del romanticismo macabro clásico: el monstruo de Lee era un homicida trastornado y sin entendimiento. Inmediatamente después, llegó Drácula. El vampiro de Lee también se distanciaba del vago romanticismo que popularizó el exótico acento de Bela Lugosi en las producciones en blanco y negro de la Universal, y se transformó en un depredador maquiavélico y con los ojos inyectados en sangre. A lo largo de siete películas, algunas de ellas tan notables como Drácula: Príncipe de las tinieblas (Terence Fisher, 1966), Drácula vuelve de la tumba (Freddie Francis, 1968) o El poder de la sangre de Drácula (Peter Sasdy, 1970), Lee se vio irremediablemente asociado con un vampiro que, en las últimas películas de la saga, prácticamente era una esfinge muda y bebedora de sangre (ya en Dracula: Príncipe de las Tinieblas compuso un papel de monstruo sin diálogos, a base de silbidos similares a los de un reptil). Lee aportó al Conde unos movimientos felinos aterradores, así como un peculiar erotismo viciado en la mirada y los andares que dieron como resultado una bestia cautivadora. Es normal que, debido al increíble éxito de las películas en todo el mundo, Lee le cogiera cierta ojeriza al personaje, pero él mismo era el primero en reconocer que le debía todo a la creación de Bram Stoker... gracias precisamente a lo que le distanciaba del vampiro clásico. Lee declaró, como el gentleman que era, acerca de la Hammer: “Me dieron esta gran oportunidad, convirtiéndome en un rostro conocido en todo el mundo. Es algo por lo que estoy profundamente agradecido." No fue la única vez que interpretó a Drácula. Además de algunas parodias y homenajes puntuales, es muy destacable El conde Drácula (Jesús Franco, 1970), un proyecto al que el actor tenía mucha estima, ya que suponía la adaptación más fiel de la novela original jamás rodada. Sobria, inquietante y casi abstracta en ocasiones, tiene como imagen icónica a uno de los pocos Dráculas con afilado bigote, tal y como lo describía Stoker. Aunque la Hammer le dio la gloria con Drácula, no fueron los únicos proyectos notables que Christopher Lee filmó para ellos. Fue otro mito del horror clásico, el egipcio díscolo que se veía convertido luego en La momia (Terence Fisher, 1959); uno de los marcados por la maldición de El perro de los Baskerville (Terence Fisher, 1959) -en una de sus abundantes incursiones en las adaptaciones holmesianas-; uno de los investigadores del horror mitológico que esconde La medusa (Terence Fisher, 1964); el diabólico monje zarista Rasputín (Don Sharp, 1966); o, en su mejor papel después de los dráculas, el implacable investigador de lo oculto Duc de Richleau, en Las novias del diablo (Terence Fisher, 1968). Se trata de n maravilloso thriller de aventuras satánicas que cuenta con un valor añadido: el físico de Lee estaba ya tan identificado con Drácula que la ambigüedad y el halo macabro que da a su interpretación hacen que hasta el héroe de esta obra maestra resulte sutilmente inquietante. Poliédrico en misántropos En la segunda mitad de los sesenta y, sobre todo, en los años setenta, la popularidad de Lee era de tal calibre que comenzó a verse encasillado. Papeles como el Sherlock Holmes de El collar de la muerte eran poco habituales, y continuamente daba vida a villanos como el maléfico demonio oriental Fu-Manchú, al que encarnó en las cinco películas que se rodaron del personaje, desde El regreso de Fu-Manchú (Don Sharp, 1965) a la psicotrónica El castillo de Fu-Manchú (Jesús Franco, 1969). Su carisma como villano definitivo le sacó, eso sí, de la serie B, y le permitió enfrentarse al mismísimo James Bond en la mejor película de Roger Moore como 007: El hombre de la pistola de oro (Guy Hamilton, 1974) donde daba vida a Scaramanga, el asesino a sueldo más caro del mundo, un psicópata de tres pezones que desarrolla una peculiar relación de rivalidad y admiración con Bond. El do de pecho en este sentido lo dio con El hombre de mimbre (Robin Hardy, 1973) donde dio vida a su interpretación más memorable y llena de matices: Lord Summerisle, aristócrata regente de una isla a la que un policía llega para investigar un horrendo crimen. Una vez allí descubre que los ritos paganos, las loas a la Madre Naturaleza, la concupiscencia y el asilvestramiento están a la orden del día. Todo auspiciado por la maléfica mirada de Lord Summerisle, que culminará la película con uno de los monólogos más devastadores e intensos de la carrera de Lee. En las tres últimas décadas, Lee ha vivido cómodo en su condición de secundario de lujo. Desde el paródico mad doctor de Gremlins 2 (Joe Dante, 1990), el doctor Catheter, a los abundantes homenajes de Tim Burton, entre los que destaca su estupendo guiño a las películas de la Hammer Sleepy Hollow (Tim Burton, 1999). Las nuevas generaciones de espectadores se han reencontrado con su mirada torva y llena de secretos gracias a su papel de Saruman, el hechicero corrompido en la trilogía de El Señor de los Anillos (Peter Jackson, 2001-2003) por el abismo de poder que está a su alcance. Es una de las némesis principales de la aventura y un rival perfecto para el otro gran mago del libro, Gandalf, interpretado por Ian McKellen. También se le ha visto en las dos últimas entregas de Star Wars como el conde Dooku, el sith aprendiz de Darth Sirious al que también se conoce como Darth Tyranus. Apareciendo en las dos últimas películas de la franquicia antes del reboot de J.J. Abrams cierra así el círculo de estrellas de la Hammer presentes en el lado oscuro de la saga galáctica, ya que Peter Cushing también tenía una memorable aparición en la primera Star Wars. Con su muerte, desaparece un actor que fue capaz de entregarse a fondo en una carrera de más de doscientas películas. Entre ellas, algunos subproductos poco destacables, pero donde Lee supo siempre sacar a pasear su inequívoca flema británica para dignificar producciones que sobre el papel no tenían demasiado sentido. ¿El caso más extremo? Su carrera como cantante heavy nonagenario: en 2010 publicó Charlemagne: By the Sword and the Cross y en 2013, el día de su 91 cumpleaños, Charlemagne: The omes of death. Colaboró con los míticos Manowar, con la banda italiana de metal épico-sinfónico Rhapsody of Fire y también dejó por el camino un par de EPs de villancicos metaleros y un pequeño homenaje a Don Quijote en clave atronadora. Es imposible poner en pie un proyecto así (y recibir los elogios de la melenuda crítica especializada) sin una convicción a prueba de balas. Porque lo cierto es que como vampiro, supervillano, nigromante o aventurero sobrenatural, en una carrera de más de sesenta años, Christopher Lee ha demostrado que convicción es lo único que no le ha faltado.

lunes, 1 de junio de 2015

El Giro de Alberto Contador: el campeón del espectáculo

La conquista se valora mejor por comparación. Alberto Contador, de 32 años, se proclamó en Milán vencedor de su séptima gran ronda por etapas (dos Tours, dos Giros y tres Vueltas), el mismo número de grandes que ganó el venerado Miguel Indurain, aunque con diferente reparto (cinco Tours y dos Giros). La enumeración de títulos no es un dato indiscutible. El propio Contador lo discute cuando levanta los brazos y muestra en cada mano tres dedos (así cruzó la última meta), triplete que no reconoce el cuadro de honor oficial. Alberto reclama para sí el Giro 2011, del que fue desposeído junto al Tour 2010 como parte de la sanción por dopaje que le impuso en 2012 la UCI por el llamado caso solomillo: dos años borrados de su palmarés. El siguiente cálculo es una especulación sin recorrido, pero no me resisto a ella. De conservar esos dos triunfos reasignados, Contador estaría a uno de igualar las grandes vueltas de Hinault (10) y a sólo dos de las conseguidas por Merckx (11). No hay fronteras más lejanas en el ciclismo. Insisto en la inutilidad del cálculo antes de que un tal Lance Armstrong presente alegaciones. Sólo pretendo poner en perspectiva a un ciclista al que aún vemos demasiado cerca. Pero no es necesario perderse en suspiros, ni rebatir la legalidad. Si algo distingue a Contador de otros ciclistas contemporáneos es que él ha sido campeón antes y después. Desde que cumplió su sanción, ha ganado dos Vueltas y un Giro, demostración incuestionable de su talento puro, sin aditivos. Existe, no obstante, una diferencia con respecto a sus primeros triunfos. Desde que volvió, Alberto ha aprendido a ganar sin ser el más fuerte. Por causa de los años o de la vida (elijan la explicación que prefieran), el ciclista que disfrutamos desde 2012 es más vulnerable y más valiente. En esa combinación se establece su grandeza actual, mayor de la que tuvo nunca y mayor de la que tiene nadie. Con Alberto Contador el ciclismo de nuestros días ha dejado de ser una prueba de resistencia para convertirse en una prueba de valor; del ciclismo de calculadora hemos pasado al ciclismo de corazón. Eternidad. El hecho no es casual. Un día que se nos pasó por alto, Contador se puso como misión la posteridad. A partir de entonces, es como si quisiera tener una curva propia en cada gran montaña, como si quisiera ser protagonista de las batallitas que cuentan los viejos a los nuevos aficionados. Basta con repasar sus declaraciones para advertir su obsesión por firmar hazañas que se graben en la memoria. Como su remontada en el Mortirolo o como su ataque en el Monte Ologno, a 40 de meta, vestido de rosa y deliciosamente imprudente. Me ciño al Giro que acaba de terminar, pero igual podría citar aquel ataque de Fuente Dé en la Vuelta 2012, una de esas proezas que no precisa de hemeroteca. El Contador de hoy no es un príncipe con alas, sino un ciclista que se cae (incluso con reiteración), tan expuesto a las desgracias como otro cualquiera, pero espectacular como ninguno. Y con un asombroso sentido de la responsabilidad. Poco después de sobrevivir a la etapa de la Finestre, Alberto afirmó que ya pensaba en el Tour (4-26 de julio). Es curioso. Hasta su carácter ha adquirido la aspereza de caimanes y caníbales. Mikel Landa puede dar fe; el delfín casi fue devorado por el tiburón. Todo se le perdona a quien viaja camino del Olimpo repartiendo postales de ciclismo en blanco y negro. Poco más se le puede pedir. Sólo una cosa: que no se retire en 2016.