lunes, 8 de abril de 2013

La juez envía a la cárcel al veterinario detenido por descuartizar a su mujer

La juez decretó este lunes el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza por un supuesto delito de homicidio para el hombre de 45 años acusado de matar a su mujer en Benijófar (Alicante), descuartizarla y mandarla incinerar,según han informado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJ). El detenido prestó declaración ante la juez en Torrevieja durante varias horas. Según fuentes judiciales, la juez de instrucción número 4 de Torrevieja se inhibirá a favor del juzgado de violencia de Orihuela competente por el lugar donde supuestamente sucedieron los hechos. El arrestado, de nombre Marcelo y gerente de una clínica veterinaria en Benijófar donde trabajaba su mujer, también argentina y de 46 años, se presentó el pasado viernes en el cuartel de la Guardia Civil de Almoradí con las cenizas de su esposa, y confesó que la había descuartizado, pero alegó que murió por una ingesta de medicamentos, ya que sufría depresiones frecuentes, según explicó. Los agentes de la Benemérita le detuvieron por un supuesto delito de homicidio. El supuesto agresor trasladó los restos de su mujer, ya descuartizados, desde la clínica a su domicilio en la localidad de Dolores, también en la comarca de La Vega Baja de Alicante. Una vez allí contactó con la empresa que habitualmente incinera los animales sacrificados en su clínica anunciándoles que iría a depositar los restos de un perro de gran tamaño. La empresa recogió las bolsas con los restos para su incineración, sin comprobar el contenido porque se trataba de “un cliente habitual”, según explicaron fuentes policiales. El macabro crimen ha conmocionado a los vecinos de esta localidad que conocían a esta pareja que “se llevaba bien” y que recaló en este municipio hace dos años, según algunos testimonios. Además, no había ninguna denuncia previa de malos tratos. Pero los investigadores barajan varias hipótesis sobre el crimen de esta mujer. Una de ellas es que habría fallecido mientras él le practicaba una operación para ayudarle a adelgazar, ya que las depresiones que sufría la víctima, al parecer, estaban motivadas en su sobrepeso. Sin embargo, el detenido, y ahora encarcelado expuso a los agentes de la Guardia Civil que encontró a su pareja muerta en el interior de la clínica veterinaria que regenta en la madrugada del pasado 28 de marzo, el pasado Jueves Santo. El hombre atribuyó su muerte a una ingesta masiva de una medicación que se hallaba en la clínica veterinaria y aseguró que había intentado “reanimarla durante varias horas sin éxito”. Sin embargo, en vez de llamar a la Policía y notificar el suceso, supuestamente, optó por descuartizarla, primero en la clínica y luego en una casa de campo. Fuentes próximas al caso aseguraron que el cadáver a trozos de la mujer pudo haber estado “tres días en el maletero del vehículo” del detenido antes de ser llevado a la incineradora. Ya que la muerte se produjo el día 28 y el aviso a la incineradora no llegaría hasta el 31 de marzo. La presión de los dos hijos de la pareja, de origen argentino, que preguntaron en varias ocasiones al hombre por su madre y éste les respondió que estaba de viaje, motivó al final que éste optara por confesar el crimen. Pero, con los únicos restos de las cenizas la víctima, determinar el motivo de la muerte de esta mujer será complicado, según admiten fuentes policiales, que mantienen abiertas todas las hipótesis: suicidio, negligencia médica o incluso un crimen pasional frío y bien planificado en el que no hay restos sobre cómo fue su muerte.

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