martes, 17 de junio de 2014

El peligro para los bañistas de La Bota se extiende a lo largo de un kilómetro

La muerte del joven guineano de 29 años de edad, Boubacar Conde, ocurrida el pasado sábado mientras se bañaba en la playa de La Bota, ha reabierto el debate sobre la peligrosidad de esas aguas, la conveniencia de establecer mayores -y más tempranas- medidas de seguridad y sobre todo, la necesidad de seguir las recomendaciones que las unidades de vigilancia y salvamento ofrecen a los bañistas. En el caso de Buba, aún están por determinar las causas del fallecimiento, pero en cualquier caso, la playa de La Bota registra año tras año ahogamientos y en el mejor de los casos, decenas de rescates de bañistas que pierden el control atrapados por las fuertes corrientes de la zona. La playa de La Bota es, de hecho, peligrosa. Su aspecto tranquilo y sus aguas cristalinas hacen muy apetecible el baño, pero el riesgo está precisamente bajo la superficie. La desembocadura del Piedras forma un "canal angosto" sometido a fuertes corrientes que convierten el fondo marino en un terreno irregular, con surcos y remolinos, según explica Maribel Gómez, coordinadora de Protección Civil de Punta Umbría. En el tramo que va desde el chiringuito de Matías hasta el edificio de Cruz Roja, en el cruce, el baño está desaconsejado. Y en ese punto está totalmente prohibido. Existen varios carteles en español y en inglés que advierten de un riesgo que se extiende casi un kilómetro en dirección al núcleo urbano de Punta Umbría e invita a los bañistas a respetar las banderas (roja en este caso) y los consejos de Protección Civil. Sin embargo, las aguas de esta zona son muy frecuentadas y son pocas las personas que atienden a las advertencias de los voluntarios, que en muchas ocasiones sufren las recriminaciones de los bañistas a quienes llaman la atención. "Con la marea baja la gente va entrando en el agua y luego, cuando sube, no pueden volver", aclara Gómez, que especifica que la temporada de baño en la playa de La Bota comenzará oficialmente el próximo sábado 21 de junio. Será entonces cuando el dispositivo de Protección Civil se despliegue con todos sus efectivos: nueve puestos de socorro distribuidos entre dos núcleos, Bota-Portil-Matías y playa urbana; dos vehículos todoterreno, dos zodiac y dos ambulancias, además de una media de 60 personas vigilando el baño hasta el próximo 8 de septiembre. Las temporadas de baño coinciden siempre con el curso escolar y Maribel Gómez insiste en que tiene que haber una temporada y un horario determinado. "Sería imposible estar 24 horas al día", algo con lo que coincide Lorenzo Ramírez, responsable provincial de Salud y Socorros de Cruz Roja, entidad que durante muchos años se ocupó de la seguridad en esta y otras playas de la provincia. "Todos los años hacemos campañas de prevención ya que hay que tener en cuenta los riesgos que corres si te bañas en una playa virgen o sin vigilancia", advierte. La de La Bota "es una zona peligrosa. Todos los años pasa algo por desgracia", lamenta Ramírez. "Los voluntarios siempre hemos hablado de los peligros de esta playa, pero nunca de la necesidad de cerrarla", señala, ya que los voluntarios en general coinciden en que si existiera más respeto por las normas se podrían evitar muchos de estos sucesos. "Sin embargo, pones la bandera roja y aún así hay gente en el agua. Están poniendo en peligro su vida y la de quienes tengan que rescatarlos, la de los voluntarios", lamenta, y confiesa que en el caso de Cruz Roja, sí que han llegado a llamar a las autoridades en caso de que alguien insista en bañarse a pesar de las advertencias. Para los que hacen caso omiso de prohibiciones y consejos y se llevan, en el mejor de los casos, un buen susto, los expertos también tienen consejos que pueden salvar su vida. El grupo de Geotecnia Aplicada de la Universidad de Huelva lleva años estudiando los movimientos y cambios de las aguas de La Bota. Su director, Juan Antonio Morales, explica que, efectivamente, en la zona se producen fuertes corrientes y mareas. El sábado alcanzó un coeficiente de 98, lo que se denominan mareas vivas. "Quienes se ven en un apuro intentan nadar en contra de la corriente y hay que hacer justo lo contrario, dejarse llevar por ella", especifica. "Acabas por llegar a la orilla, aunque sea lejos de tu sombrilla, pero eso es lo de menos. Si nadas contracorriente sólo consigues agotarte físicamente y entrar en pánico". Con estas recomendaciones coinciden plenamente los responsables de Protección Civil de Punta Umbría y de Cruz Roja de Huelva, que además aconsejan no tratar de rescatar a alguien que se esté ahogando, sino llamar a salvamento y acercarle un objeto que flote y al que se pueda agarrar. Entretanto, el Ayuntamiento de Punta Umbría estudia en la Junta Local de Seguridad, que se celebra hoy con la participación del subdelegado del Gobierno, la posibilidad de tomar medidas adicionales para prevenir nuevos sucesos en esta playa.

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