miércoles, 27 de julio de 2011

Aumentan los asesinatos violentos en Miami


Los asesinatos violentos van en alza en Miami y las autoridades parecen incapaces de detener la ola de violencia que se ha esparcido por toda el área metropolitana.

En la madrugada del lunes, una pareja de jóvenes veinteañeros fueron asesinados a sangre fría, en lo que las autoridades consideran el crimen más violento del año. Todo por el imponente coche Mustang blanco en que se desplazaban.

El doble asesinato ocurrió en un barrio residencial, normalmente tranquilo, cuando un grupo de cuatro o cinco afroamericanos, a juzgar por las imágenes captadas por cámaras de seguridad, obligaron al joven de 23 años, Julián Soler, a salir de su coche en una gasolinera y lo acribillaron a balazos sin razón aparente.

Su novia, Kennia Durán, de 24, también fue acribillada en el pecho y murió camino al hospital en una ambulancia.

Para las autoridades, se trató de un "delito de oportunidad", o sea, que no fue planificado, sucedió por impulso.

"Los mataron por gusto", afirmó Rafael Suárez, el portavoz del Departamento de Policía de la ciudad de Miami Gardens, dentro del área metropolitana de Miami.

Aparentemente, la pareja se detuvo en la gasolinera para abastecer el coche y fueron abordados por el grupo de delincuentes, un estilo de robo que ha ido en incremento en Miami en el último año, sin que los investigadores logren descubrir los culpables. Es el llamado "secuestro de coches", popularizado por las bandas criminales en Centroamérica.

"Este fue un crimen de oportunidad en el que un grupo de personas pretenden robar un auto. Resulta difícil de entender que hayan matado a ambos jóvenes, cuando ellos se habían rendido", agregó el portavoz policial.
Asesinato a sangre fría

Según el vídeo, uno de los atacantes se aproximó del vehículo, tocó a la ventanilla y apuntó un arma a Soler. Este salió del coche con las manos en alto y se apartó unos metros, mientras otro delincuente empujaba a su novia. De repente, sin explicaciones, los dos hombres dispararon a los jóvenes. Soler murió en el acto.

La joven mujer era madre soltera y trabajaba en una dependencia de ayuda a los pobres de la Iglesia Católica local.

Horas después, la Policía encontró una camioneta azul que presumen usaron los asesinos para escapar. El Mustang blanco todavía no ha sido localizado.

El doble crimen ocurre en momentos en que las varias policías del área metropolitana de Miami, principalmente las del condado Miami-Dade y de la ciudad de Miami, se encuentran involucradas en sendos escándalos políticos por la ola de violencia en que sus agentes se han involucrado.
Policías sin supervisión

Tanto el condado como la ciudad han atravesado crisis políticas en el último año, que han repercutido en las relaciones con los departamentos de policía, los cuales – según apunta la prensa local – parecen funcionar "al garete", sin ningún tipo de supervisión por parte de la Alcaldía y municipios.

Aunque, en ciertos aspectos el trabajo policial es autónomo, en el sur de Florida los jefes de policía son nombrados por los alcaldes pero solo pueden ser despedidos por los administradores.

Esto ha traído como consecuencia, que los jefes policiales han tomado algunas decisiones operativas por su cuenta, sin pensar en las consecuencias políticas, y las relaciones con las alcaldías se han tensado.

A consecuencia de ello, por ejemplo, sólo en la ciudad de Miami, agentes de policía se han visto involucrados en tiroteos con ciudadanos desarmados, en los cuales han muerto ya nueve personas. Pese a los reclamos de las organizaciones de derechos civiles, los fiscales están teniendo dificultades en investigar los tiroteos, porque la Policía se niega a cooperar o es muy lenta en responder a las demandas de la Fiscalía.
La tranquilidad ya no existe

Miami fue, durante, seis años, uno de los lugares más tranquilos del sur de Florida, cuando la jefatura de policía estuvo en la mano dura de un irlandés, John Timoney, que logró pacificar la ciudad sin que sus agentes hicieran un disparo durante 28 meses.

Pero cuando salió del puesto hace un año, el nuevo jefe – José Expósito – se ha visto en el centro de la polémica porque, aparentemente, no ha sabido controlar la situación. Sus agentes han protagonizado actos de violencia salvaje en barrios adinerados, tiroteos en barriadas pobres, y ahora parecen incapaces de lidiar con las nuevas bandas criminales que, a todas luces, se han instalado en el sur de Florida.

Hace dos semanas, una fuente del FBI en Florida, dijo a un canal de televisión que los agentes federales han notado un "incremento notable", en los nuevos crímenes de origen "foráneo". Es el caso de los secuestro de coches con personas dentro y el robo en residencias.

El FBI piensa que gran parte de los delincuentes no viven en el área metropolitana de Miami. Sino que se desplazan a ella para cometer los delitos y regresan a sus "bases", en otros condados al norte del estado.

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