lunes, 17 de septiembre de 2012

Un tiburón salva a un policía de la muerte tras cuatro meses perdido en el mar

Toakai Teitoi, de 41 años, se encontraba en Kiribati, en las islas Marshall del Pacífico, para asistir a un acto donde él mismo fue nombrado policía. El 27 de mayo Teitoi debía coger un vuelo para regresar a casa pero, tras ver una película sobre 4 hombres perdidos en el mar de Kiribati, decidió que antes de abandonar la isla debía pasar una jornada en el océano acompañado por su cuñado de 52 años. Pero lo que parecía que iba a ser un día de pesca se convirtió en su mayor pesadilla. Después de estar pescando toda la tarde, los dos hombres se durmieron y al despertarse descubrieron que se habían alejado demasiado y ni siquiera visualizaban tierra a su alrededor. Los días pasaban y nadie acudía a su rescate. A pesar de que la comida no era un problema, el agua dulce se acabó y empezaron a deshidratarse. Además ya no tenían combustible, por lo que no podían ni intentar encontrar el camino de vuelta. Pasó el tiempo y Falaile, su cuñado, falleció a causa de la deshidratación. “En ese momento supe que solo tenía dos opciones; o me encontraban o seguiría el camino de mi cuñado”, decía Teitoi una vez en tierra firme. Confiesa que durmió abrazado al cadáver y que posteriormente lo tiró al mar, en un intento de ofrecerle algún tipo de funeral. La casualidad quiso que al día siguiente empezase a caer una tormenta que se alargó durante varios días y que permitió que Toakai Teitoi pudiese llenar dos garrafas de agua y evitar así morir deshidratado. Después de rezar durante 4 meses y cuando sus esperanzas empezaban a desaparecer, avistó a lo lejos un barco pesquero. Pero los pescadores no podían verlo y frustrado decidió resguardarse en el barco del fuerte sol tropical. Teitoi se quedó dormido hasta que un ruido lo despertó de su sueño. Algo estaba golpeando el barco. Un tiburón intentaba llamar su atención. En aquel momento no se imaginaba que ese tiburón le salvaría la vida. El animal, al ver que Teitoi le estaba prestando atención, se puso a nadar a modo de guía, mostrándole el camino. El policía consiguió, gracias al tiburón, llegar lo más próximo posible al Marshalls 203. Una vez en el barco le ofrecieron comida y agua y, días después, lo llevaron a tierra firme. Ahora Toakai , padre de 6 niños, confiesa que “nunca más volverá a subirse a un barco”.

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