domingo, 2 de febrero de 2014

Adiós al Sabio de Hortaleza

Luis Aragonés falleció ayer a las 6:15 de la mañana en la clínica CEMTRO de Madrid a la edad de 75 años. La llama del Sabio de Hortaleza se apagó en compañía de su mujer Pepa, de sus hijos y de su familia. Horas antes, en torno a las 23:00, el exseleccionador nacional había ingresado de urgencia. Hacía dos meses que se le había diagnosticado una leucemia y, a petición suya, ni su familia ni los médicos lo habían hecho público. El cuadro se había agudizado y fue conducido para ponerse en manos de sus galenos. Nada más se pudo hacer. “Ha luchado, como siempre, con valentía, pero él sabía que hay partidos que se ganan y otros que se pierden”, relataba Vicente Concejero, el médico que más tiempo ha pasado con él, no sólo durante las últimas semanas, sino también fruto de una gran y antigua amistad después de que ambos coincidieran en el Atlético. Visiblemente emocionado, el doctor Pedro Guillén comparecía para explicar que nos dejaba “no sólo un campeón de Europa, sino también un campeón de la honestidad que ha fallecido como eso, como un campeón. Se marcha un gran amigo y un hombre del deporte como pocos, que merece un gran reconocimiento”. Y así fue. Al poco de conocerse el fallecimiento, tanto la Federación Española como el Atlético se ofrecieron para organizar una capilla ardiente y un multitudinario homenaje, pero la familia ha preferido vivir estas horas en la intimidad. Poco antes de las 11:00 los restos mortales de Luis abandonaban la CEMTRO en dirección al tanatorio La Paz de Alcobendas, donde poco a poco se fueron acercando personalidades y amigos. El primero, Armando Ufarte, excompañero en el césped y en los banquillos. Pocos le conocen como él. Después otros íntimos, veteranos rojiblancos, como Miguel San Román, Pepe Navarro y Adelardo. A todos la noticia les había pillado por sorpresa, pese a que a menudo se reunían él, el Sabio de Hortaleza nunca quiso preocupar más de lo necesario a los suyos. “Hoy llorará hasta el balón”, era el lema que unía a los excolchoneros que se iban acercando. Rubio, Quique Ramos, Luiz Pereira, Aguilera, Toni, Abel, Calleja, Collar, Martínez Jayo, Clemente Villaverde, Bastón... La sala 15 del tanatorio se fue quedando pequeña. Han sido más de 50 años de Luis al servicio de nuestro fútbol y para agradecérselo tampoco faltaron las autoridades. El ministro de Educación, Cultura y Deporte José Ignacio Wert llegó acompañado de Miguel Cardenal, presidente del Consejo Superior de Deportes, para mostrar sus condolencias. A renglón seguido llegaba la representación de la Federación encabeza por Vicente del Bosque. Con él, Toni Grande, Jorge Pérez y Jorge Carretero. Ángel Villar acudiría por la tarde. Todos. También lo hicieron los representantes del Atleti, el club de su vida. Gil Marín, Cerezo y después Simeone junto a Gabi, el capitán colchonero, y Villa, con quien Luis compartió éxitos en La Roja, acudieron para despedirse de una parte del sentimiento rojiblanco. Tampoco faltó el Real Madrid, donde Luis dio algunos de sus primeros pasos en el fútbol. Butragueño destacó la honradez del que partía, mientras que Casillas, Arbeloa y Xabi Alonso se despedían del técnico con el que había hecho historia en el fútbol español.

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