Tras meses de negociaciones, en los que hubo cambios de pareja, enfados y reconciliaciones, La Caixa, propietaria de Caixabank, se ha hecho con Banca Cívica. La que era la cuarta entidad en España ha absorbido a la undécima y se convierte en la primera por activos, con 342.000 millones. Esta operación hace más difícil cualquier acuerdo de la entidad catalana con Bankia.
Caixabank valora Banca Cívica en 977 millones pese a que su patrimonio es de 2.875 millones. Realizará un canje de cinco acciones de Caixabank por ocho de Banca Cívica. Valora cada acción adquirida en 1,97 euros, un 11,3% menos que la última cotización, la del viernes pasado, ya que ayer ambos bancos estuvieron suspendidos en Bolsa. Respecto al precio de salida al Bolsa de Cívica, que tuvo lugar en julio pasado, La Caixa ofrecerá un descuento del 27%. Los recursos propios de la entidad se pagan a un 20% de su valor, lo que convierte esta operación en una de las más bajas de las realizadas en el sistema financiero español.
Las razones de estas minusvalías son dos. Por un lado, que no se piden ayudas públicas ni privadas. Eso sí, el dinero del FROB que tenía Banca Cívica, 997 millones, no lo devolverá hasta septiembre de 2013.
Por otro lado, que existen dudas sobre el saneamiento de los activos inmobiliarios en poder de la entidad adquirida. Los que más dudas ofrecen son los situados en Andalucía, propiedad de Cajasol. La Caixa es consciente de este problema y “realizará un ajuste de valoración de los activos de Banca Cívica por 3.400 millones netos de impuestos contra reservas”, según el comunicado de Caixabank. Teniendo en cuenta que compra por debajo del valor contable, la operación puede exigirle una aportación neta de capital de unos 1.600 millones a la entidad presidida por Isidro Fainé.
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Tras este saneamiento, Banca Cívica podrá hacer frente a las exigencias del nuevo decreto de Gobierno, que le exigía 2.200 millones de provisiones y capital. También quedarán cubiertos “otros riesgos identificados durante el proceso de due dilligence”, es decir, de análisis de cuentas. Los expertos apuntan que el éxito o fracaso de la operación “se verá a medio plazo, cuando digiera el ladrillo que mete en el balance”.
El nuevo gigante financiero tendrá 6.600 oficinas y 32.800 empleados. Estas enormes cifras explican que no acabe el proceso de fusión hasta septiembre de 2012. No producirá sinergias (es decir, más ingresos que costes) hasta 2014, cuando se obtenga 540 millones. La Caixa tendrá que reducir alrededor de 1.500 oficinas y unos 3.500 empleados, según cálculos del mercado. La entidad ha admitido que se gastará 1.100 millones netos de impuestos en la reestructuración de la red y la plantilla. Donde más excedente de oficinas habrá será en Andalucía. La fusión será la excusa perfecta para lograr pactos sindicales para reducir la red, incluida la de La Caixa, que ya tenía importantes excedentes. Caixabank será líder en Cataluña, Andalucía, Navarra, Baleares y Canarias.
La entidad catalana controlará el 61% del accionariado, mientras que Caja Navarra, Cajasol y CajaCanarias tendrán el 1% cada una y CajaBurgos el 0,7%.
Las cajas de Banca Cívica se comprometen a mantener al menos el 80% de las acciones de Caixabank que reciban durante cuatro años y el 65% durante siete años. Tendrán derecho a nombrar dos consejeros de Caixabank, que crea cuatro consejos asesores territoriales en Andalucía Navarra, Canarias y Castilla y León. Las cajas seguirán siendo entidades de crédito y no fundaciones y Caixabank usará sus marcas. Por su parte, las cajas de Banca Cívica se comprometen a no buscar una operación alternativa a la de La Caixa, pero Caixabank deja la puerta abierta a otras adquisiciones.
Con los ingresos que les otorgarán este porcentaje deberán hacer frente al pago de la obra social, lo que no parece fácil. Algunos analistas se fijaban en este dato para comentar el fracaso de la operación para las dos entidades líderes, Caja Navarra y Cajasol. “Su experiencia en el mercado bursátil ha sido corta y poco positiva. Esto traerá más desconfianza en otras entidades, ya que tras cada análisis, se produce descuentos del valor de sus activos”, dijo un analista que pidió el anonimato. Fainé apuntó que “la operación creará valor para los accionistas de ambas entidades”. Enrique Goñi, copresidente de Cívica, justificó la fusión porque “dará un recorrido al alza en la inversión” de los accionistas.
Caixabank afirmó ayer que se reforzará la obra social “mediante pactos y convenios para colaborar en su desarrollo en los territorios naturales de las cajas accionistas”. La Caixa dedicará este año 500 millones a las acciones sociales. La entidad catalana dijo que, pese a la ampliación de acciones, mantendrá el dividendo en 0,231 euros por título para 2012. Con esta operación se cierra la primera fase de fusiones: Cívica, Caja 3, Caja España y Unnim. Ahora llegan otras más grandes y complejas.
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