martes, 29 de enero de 2013
Hallados al menos 78 cadáveres en el río de la ciudad siria de Alepo
Al menos 78 hombres jóvenes, ejecutados de un disparo en la cabeza, fueron encontrados este martes en un barrio de la ciudad siria de Alepo, última matanza hasta el momento en este país en guerra, a varias horas de una intervención del mediador internacional Lakhdar Brahimi en la ONU.
Brahimi, emisario de las Naciones Unidas y de la Liga Árabe en Siria, comparecerá sobre las 20H00 GMT ante el Consejo de Seguridad para informar de sus esfuerzos que, hasta ahora, no lograron poner fin a un conflicto que ya dejó más de 60.000 muertos en cerca de dos años, según la ONU.
Un combatiente rebelde, Abu Seif, dijo que habían encontrado 78 cuerpos en el río Quweiq y que al menos otros 30 estaban todavía en el agua pero que los disparos de francotiradores impedían recuperarlos.
"El régimen los arroja al río para que lleguen a una zona bajo control nuestro para que la gente piense que fuimos nosotros", dijo Abu Seif.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), "al menos 65 cadáveres no identificados fueron encontrados en el barrio de Bustan al Kasr", un barrio controlado por los rebeldes en Alepo, la metrópoli del norte escenario de combates entre soldados del régimen e insurgentes.
Los jóvenes "de unos 20 años fueron ejecutados de un disparo en la cabeza. Vestidos de civil, la mayoría tenían las manos atadas a la espalda", añadió el OSDH, una ONG con sede en Gran Bretaña que obtiene sus informaciones de una amplia red de militantes y médicos en Siria
Los cadáveres fueron sacados del río Quweiq que separa Bustan al Kasr y Ansari, dos barrios también en manos de los rebeldes.
Un responsable de los servicios de seguridad del régimen afirmó a la AFP que se trata de "ciudadanos de Bustan al Kasr, que fueron secuestrados por grupos terroristas después de ser acusados de estar a favor del régimen".
"Fueron ejecutados durante la noche del lunes al martes y sus cuerpos fueron lanzados al río", afirmó. El régimen acusa a los rebeldes de ser "terroristas".
Por el momento era imposible identificar a los cadáveres. "No sabemos quiénes son porque no llevaban identificación", afirma uno de los voluntarios mientras ayuda a introducir el cuerpo de un hombre en el interior de un camión.
"Los llevaremos al hospital de Zarzur para que los familiares vayan a reconocerlos", explicó el capitán Sada.
Habitualmente, los rebeldes y el régimen se acusan mutuamente de las matanzas, pero no es posible confirmar estas informaciones a través de una fuente independiente.
Se trata del último descubrimiento macabro hasta la fecha en Siria, donde el régimen reprimió violentamente la revuelta popular que comenzó en marzo de 2011 y se transformó en una guerra entre las tropas gubernamentales y los desertores, ayudados por civiles armados y yihadistas llegados del extranjero.
En otras zonas del país, los combates continuaban causando estragos entre los dos bandos, rebeldes y soldados, que intentan ganar terreno, especialmente en el este y en la periferia de Damasco.
Los rebeldes sirios realizaron este martes una gran incursión en Deir Ezor (este), haciéndose con el control de una importante posición de los servicios de inteligencia políticos y de dos puentes sobre el río Éufrates, en la carretera que las fuerzas del régimen utilizan para hacer llegar provisiones a la ciudad de Hasake, más al norte, precisó el OSDH.
Las brigadas del Ejército Sirio Libre (ESL) y los yihadistas de al Nosra llevaron a cabo esta ofensiva, llamada "Amanecer de la liberación" y lanzada el domingo, precisó el OSDH.
"Si los rebeldes continúan su avance, lograrán una victoria estratégica ya que la ciudad es la llave de toda la provincia (homónima) que alberga los principales campos petroleros y gasísticos del país", afirmó a la AFP el director del OSDH, Rami Abdel Rahmane.
En Idlib, en el noroeste de Siria, los rebeldes controlaban casi toda la prisión central, según la ONG.
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