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Esos ojos enormes que ya se sorprendían en la niña Amy se enmarcaron en 'khol' y acompañaron a una voz profunda que dejó a todos atónitos. La cantante británica Amy Winehouse no consiguió publicar ese tercer álbum que se resistía desde su éxito planetario 'Back to black' (2006). Su muerte, tanta veces predicha, ha sido como se adivinaba. Los mensajes de despedida de sus fans han adornado la puerta de su apartamento en Camdem, el barrio de Londres donde residía y donde ha aprecido su cadáver. En el de la imagen, se puede leer: «No serás olvidada por Camden. Todos te queremos y continuaremos queriéndote. Tu leyenda pervive». | Fotos: El Mundo/Afp/Efe
Su segundo álbum había salido en octubre de 2006, días antes habían adelantado el 'single', en Reino Unido y en EEUU se vendió como en los tiempos más gloriosos de la industria. Los Brit del febrero siguiente supusieron su consagración: la chica del cardado imposible arrebató el premio a mejor vocalista femenina a la entonces cañera (y rebelde oficial) Lily Allen. Sería el inicio de una estrella de la que se preveía un ascenso a lo más alto pero que prefirió juguetear con su vida.| Foto: Reuters
Su novio y después marido, Blake Fielder-Civil, y causa principal de su caída libre: Amy Winehouse de divorció de su supuesta mala influencia, pero siguió por los mismos derroteros. La necesidad de inspiración para su fallido tercer disco la llevó al Caribe, a la isla de Santa Lucía, y a las barras de los bares. En el equipaje de vuelta iban envueltos como 'souvenirs' ritmos 'reggae' (que no convencieron a su discográfica) y decenas de páginas de tabloides con las historias más rocambolescas. | Foto: El Mundo
La voz del soul de esta década con otros dos iconos británicos con relación peligrosa con las drogas: la modelo Kate Moss y el rockero Pete Doherty. Con él mantuvo una estrecha amistad contra la que muchos le advirtieron, grabó un dúo y terminó alejándose. | Fotos: El Mundo
Amy, y todos sus tatuajes, en cera. Figura de la cantante en el Madame Tussaud de Londres con el minivestido amarillo de los premios Brit 2007. Su estilo se convirtió en el modelo de muchas chicas que adoptaron su 'look'. | Foto: Ap
Con Mark Ronson, el productor de 'Back to black' (2006). Con la subida de Amy, también ascendió el nombre de Ronson, que se colocó en la estela de los indispensables. | Foto: Reuters
Actuación de la británica en el primer Rock in Rio Madrid, que se celebró en Arganda del Rey en julio de 2008. Su objetivo durante su primera cita con los españoles fue la copa de vino, que no abandonaba un instante, en lugar de su voz y las canciones que el público quería corear. | Foto: Reuters
Diversos momentos complicados en la vida de la diva. Operaciones estéticas superlativas (como casi todo en ella), su paso por los tribunales y su constante cara ajena a la realidad. | Foto: Reuters/Ap
Una de sus últimas actuaciones: en Río, en enero de 2011. Poco tiempo después, su actuación en Belgrado estuvo a punto de arrojarla fuera de la música. Sus 'jefes' se cansaron de la diva. Jamás pudo recuperarse. | Foto: Reuters
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