Conocida de todos es la leyenda aquella de que, cuando Boabdil, abandonó Granada, su madre le dijo "llora como mujer lo que no supiste defender como hombre"... y se fue. Partiendo de la base de que es una mera leyenda inventada casi 40 años después, a parte de esta amarga despedida -inventada o no- la verdad es que el personaje, simplemente desaparece del imaginario popular y muy poca gente sabe qué fue lo que le pasó después al pobre Boabdil.
Evidentemente, el hombre no se esfumó como una burbuja, sino que aún se
estuvo un tiempo por su antiguo reino. Si tiene un poco de curiosidad
"marujil", siga leyéndome, que sucintamente le explicaré su periplo.
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Boabdil el Chico |
Abû ʿAbd Al·lâh Mohammed ben Abî al-Hasan ʿAlî,
Boabdil el Chico para los amigos castellanoparlantes, fue el último
Emir (rey) de Granada. Después de haberse batido el cobre con los
ejércitos de los
Reyes Católicos y con el saco de gatos rabiosos
que era su corte, al final, viendo que era imposible hacer frente a las
huestes castellanas y a tanto traidor y corrupto "amigo" suyo, el día
2 de enero de 1492
decidió plegar velas y darle las llaves de la ciudad a los Reyes
Católicos... y que se apañaran ellos. La decisión, le dolió, pero como
legalmente no era una conquista, sino que
era una venta, los 30.000 castellanos de oro (unos
138 kilos de oro, vaya) que le dieron en compensación, sin duda ayudarían a pasar un poco la pena.
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La Alhambra de Granada |
Una vez entregadas las llaves,
Boabdil, apodado "El Chico" no por
el tamaño sino por su juventud, en vez de irse, se encerró en su
alcázar y esperó a que las nuevas autoridades cristianas le dieran
permiso para salir. El permiso le llegó a finales de
febrero del 1492 y le dejaron llevarse lo que quisiera a su feudo de las Alpujarras, a la Alcazaba de Laujar (hoy,
Laujar de Andarax, a unos 120 km de Granada), con la condición de que el séquito saliera de noche, para evitar tumultos.
Boabdil así lo hizo y en llegando a un cerro -hoy día llamado poéticamente
Cerro de las Lágrimas- se desvió del caminó y echó un último vistazo de su
Gharnata (Granada) natal. Las crónicas no dicen nada del rapapolvo de su madre, hasta
1526 en
que el Obispo de Guadix, le cuenta esta historia a Isabel de Portugal,
que estaba de visita. Y es que siempre queda bien un poco de poesía para
agradar a las visitas.
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Laujar de Andarax (Almería) |
Los
Reyes Católicos le permitieron quedarse en sus posesiones de las Alpujarras todo el tiempo que quisiera, gracias al
Papa Inocencio VIII, que les hizo asegurar que lo tratarían correctamente. El Papa conocía el sultán turco
Bayaceto II
y para seguir manteniendo las amistades -y lo que le pagaba por retener
al "queridísimo" hermano del sultán- le hizo asegurar a
Fernando el Católico
este buen trato. Sin embargo, el hecho de mantener en su territorio al
líder, por muy bien que se portara, era como dejar una cerilla encendida
al lado del bidón de gasolina que podía significar una posible revuelta
de los moriscos. Con buenas formas, pero chinchando lo que no estaba
escrito y comprando bajo mano sus posesiones a su fiel (ejem) alcaide
Aben Comixa
-¿y alguien se extraña de lo de los ERE's de hoy día?-, los Reyes
Católicos consiguen convencer a Boabdil de la necesidad de que parta
para
Berbería, es decir, Marruecos.
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El puerto de Adra en 1911 |
En octubre de 1493, y tras la muerte de su mujer
Moraima al
haberse quedado sin buenos médicos -todos judíos- porque los Reyes
Católicos habían expulsado a los judíos para ahorrarse devolverles los
créditos (llámalos tontos), se encaminó hacia el puerto de
Adra,
a unos 40 km de Laujar. Una vez allí, una flota compuesta por tres
barcos grandes (una nao, una carraca y una carabela) al mando de
Íñigo de Arrieta
, transportó un séquito de 1120 personas a la otra orilla del
Mediterráneo. Otra leyenda cuenta que, una vez embarcado, Boabdil
lanzó su espada al mar y prometió volverla a buscar algún día, cual promesa electoral imposible de cumplir.
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El puerto cenagado de Cazaza |
Todo el cargamento de gentes y cachivaches desembarcó en el puerto de
Cazaza, población a poniente del
cabo Tres Forcas,
a unos 15 km de Melilla y a 165 kms de la costa andaluza, del cual poca
cosa se encuentra hoy en día, ya que el pueblo fue destruido por los
españoles en 1532 y el puerto fue cenagado por un río cercano. Desde
aquí Boabdil se dirigió a
Fez (330
km hacia el interior) y allí fijó su residencia, apartado de la vida
política aunque haciendo de consejero del sultán de Fez, y muriendo a la
edad de 70 años en
1533.
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Posible tumba de Boabdil |
Se supone que Boabdil fue enterrado en una
musalla (ermita,
templete) que se encuentra a las afueras de Fez, pero aunque se sabe que
hay dos cuerpos en ella, aún está por ver si las investigaciones dan su
fruto. Aunque más que a la ciencia, según parece, la clave la tienen
los
burócratas marroquíes que nadie sabe quién tiene que dar los permisos para excavar.
Sea como sea, Muhammad XII de Granada (Boabdil el Chiquito), ha quedado inmortalizado para la posteridad como el último rey de Al-Andalus y el punto final a la Reconquista.
Poco importa que fuera alto, rubio y ojos claros, que no hubiera sido
vencido nunca, que no hubiese llorado al abandonar Granada, ni que su
madre nunca lo reprimiera de la forma más poética posible. Eso es lo de
menos. Lo realmente importante es que, posiblemente, nunca lleguemos a
saber que lo que más le doliera seria que unos extranjeros cristianos le
obligasen a tener que dejar su tierra, una tierra, la andaluza, en la
que su gente vivía desde hacía más de 700 años.
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