domingo, 25 de julio de 2010

Bautizarse donde lo hizo Jesús, un acto de fe peligroso para la salud

El río Jordán se encuentra tan contaminado que el gobierno israelí estudia prohibir los bautismos en el sitio donde Jesús recibió ese sacramento según la tradición cristiana. Estudios hechos por ecologistas revelaron que los niveles de contaminación superan cuatro veces lo permitido.

El Ministerio de Sanidad israelí ordenó hacer análisis que determinen los niveles de bacterias en el bajo Jordán. Mientras, dio instrucciones para que se advierta a los bañistas de que las aguas están contaminadas y se prohíba bañarse en ellas, según dijeron medios israelíes.

En ese tramo del río se encuentra el lugar conocido como Qaser el Yehud, cerca de la ciudad cisjordana de Jericó, donde, según la tradición cristiana, San Juan bautizó a Jesús. Allí acuden cada año unos 100.000 turistas y miles de ellos se sumergen en las aguas del Jordán para revivir este acto de fe.

Según datos arrojados por una investigación de la ONG Amigos de la Tierra, el agua del Jordán registra en esa zona un nivel de bacterias fecal-coliformes de 750, cuando el límite permitido tanto en Israel como en la Unión Europea para lugares de baño es de 200.

Si durante la ceremonia se traga accidentalmente algo de agua, el bautizado "puede sufrir en el mejor de los casos vómitos, infección estomacal y gastroenteritis y, en el peor, puede contraer enfermedades tan graves como la polio", advirtió Gidón Bromberg, director de la ONG.
En mayo, la ONG había afirmado en un informe que el Jordán "se redujo a un simple riachuelo en el sur del Lago de Tiberíades, seco por la exagerada explotación de las aguas y devastado por la contaminación".

El Jordán, que nace en el Mar de Galilea y desemboca en el Mar Muerto serpenteando a lo largo de 217 kilómetros, perdió en los últimos años el 98 por ciento de su caudal y podría secarse el año que viene si los países que lo bordean no toman medidas.

"Mientras Israel, Jordania y la Autoridad Nacional Palestina no dejen de echar vertidos en el río y no proporcionen flujos de agua dulce, bañarse allí será peligroso", sentenció Bromberg. "Nadie puede decir ya que el agua del Jordán sea agua sagrada", concluyó.

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