El Juez 19 en materia penal con sede en el Reclusorio Oriente dictó auto de formal prisión al jerarca de la iglesia al culto a la Santa Muerte, David Romo Guillén, al encontrarse elementos suficientes que lo señalan como probable responsable de los delitos de delincuencia organizada, secuestro y extorsión. Sus seis cómplices, también recibieron el auto de formal prisión.
Fue hasta esta semana cuando el impartidor de justicia determinó dictar auto de formal prisión, debido a que el abogado defensor de Romo Guillén solicitó al Juez la duplicidad del término de 72 a 144 horas para aportar pruebas de su inocencia, por lo que se venció el plazo.
En el expediente del caso, se encuentra asentado que los miembros de la banda de secuestradores y extorsionadores "Los Aztlán" son señalados de haber secuestrado a los padres del diputado federal del PRD por San Luis Potosí, Domingo Rodríguez Martell, así como a los suegros del también legislador del mismo partido por Guerrero, Fernando Ríos Piter.
De acuerdo a las investigaciones de la Procuraduría capitalina, tanto el líder de la iglesia a la Santa Muerte, David Romo Guillén, como los otros seis integrantes de la banda denominada "Los Aztlán", se encuentran hundidos, debido a que existen pruebas suficientes que los señalan como culpables de esos ilícitos.
La detención y consignación del sacerdote al culto a la Santa Muerte, David Romo Guillén, se originó tras la denuncia penal presentada por familiares de políticos extorsionados por el obispo de la Iglesia de la Santa Marte, David Romo Guillén, debido a que los padres del también diputado federal por San Luis Potosí del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Domingo Rodríguez Martell, fueron privados de su libertad por varias horas por la organización delictiva "Los Aztlán" y, para poder liberarlos, el legislador tuvo que pagar un millón 100 mil pesos.
La extorsión de que fue víctima este legislador del PRD, se suma a la del también diputado federal por Guerrero, Fernando Ríos Piter, cuyos suegros fueron secuestrados y liberados por esta organización delictiva a cambio de dos pagos en efectivo, una camioneta Honda y un vehículo Mercedes.
De acuerdo a las investigaciones, ambos diputados conocían al obispo de la iglesia de la Santa Muerte, David Romo Guillén, quien tenía datos precisos de sus familiares; por ello, junto con otros integrantes de esa organización delictiva, procedieron a extorsionarlos.
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