miércoles, 4 de abril de 2012
El Boca a su salida de prisión: "No me arrepiento porque no he hecho nada"
Con paso firme y 48 años. Así abandonaba a las 10:40 de ayer el asesino y violador de Ana María Jerez Cano, José Franco de la Cruz El Boca, la prisión Sevilla II (Morón de la Frontera), a la que fue trasladado desde Herrera de La Mancha la pasada semana por Instituciones Penitenciarias para su puesta en libertad. Ataviado con gorro de lana, jersey y una mochila con sus breves pertenencias, puso rumbo al aparcamiento del centro penitenciario, donde le esperaban un taxi y una nube de periodistas.
Al ser abordado por los medios de comunicación, defendió que "han mantenido más de 20 años en la cárcel a un hombre inocente". El onubense aseguró que no está dispuesto a pedir perdón a los familiares de Ana María Jerez porque "no he hecho nada, no me arrepiento de nada", a lo que añadió que "me condenaron siendo inocente porque los otros tienen más dinero".
El Boca no se ha sometido en estos 21 años a ningún tratamiento de reconducción de comportamiento, como ya ha alertado la madre de su víctima, Adoración Cano, en repetidas ocasiones. Él mismo lo admitió ayer, argumentando que "no he hecho ninguna terapia porque no soy un violador" y, por tanto, "no me hace falta".
Sin desvelar el nombre de la ciudad en la que se instalará a partir de ahora, José Franco tomó asiento en el taxi dejando claro finalmente que "he estado entre cuatro muros metido un montón de años sin hacer nada", idéntico discurso al que mantuvo durante la celebración del juicio de enero de 1993 por el que se le condenó a 28 años por el asesinato de la cría y a otros 16 por su violación, ambos hechos acontecidos en 1991, cuando él tenía 27 años y Ana María apenas nueve.
La madre de la menor criticó su "actitud chulesca" y sentenció que no quiere su perdón porque debe pedírselo "a la sociedad: es un asesino cruel, de los más crueles de España; 38 lesiones le hizo a mi hija y es un despropósito lo que han hecho los jueces de Huelva", en clara referencia al rechazo de la Sección Primera de aplicar la doctrina Parot al caso. Adoración Cano indicó que El Boca debe dar gracias "porque le han regalado 9 años; esto significa para mí matar de nuevo a mi hija porque no se le ha tenido respeto ni a su memoria ni al dolor de mi familia". Agregó que "es muy duro que tengan que prevalecer los derechos de un asesino sobre los nuestros".
Cano aseveró que "seré una mosca y voy a ser implacable con él", al tiempo que anunció que en los próximos días tratará de reunirse con el fiscal general del Estado "para ver qué se puede hacer, porque me siento discriminada".
Recordó que ha solicitado la ampliación de la orden de alejamiento para que también estén protegidos de El Boca en los próximos seis años sus hijos y su nieta, que nacerá en mayo. No obstante, la sentencia de 1993 prohíbe al condenado "volver al lugar de residencia de los padres de la víctima", pero no aclara la distancia a la que debe mantenerse de ellos, algo que resolverá en breve la Audiencia de Huelva.
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