El melón es una fruta que proviene de la planta conocida como melonero. Esta planta frutal es de la familia de las cucurbitáceas y da frutos de tamaño mediano a grande, según la variedad de que se trate. El nombre binomial que le corresponde a esta planta es el de Cucumis melo. Los tallos de melón son bastante blandos con hojas verdes de gran tamaño, con forma de palma. La planta de melón posee flores amarillas.
El melón es una fruta que para crecer necesita de temperaturas cálidas, siendo la temperatura óptima la superior a los 30o. Es una planta que crece muy bien en tierras de contenido alcalino, dando a las variedades dulces un mayor contenido de fructosa tanto en el fruto como en los tallos y hojas. El punto de madurez adecuado del melón debe ser alcanzado cuando la planta aún no ha sido cosechada (dado que no sigue madurando fuera de la plantación). Algunas de las variedades de melón más conocidas en la actualidad son la variedad Tendral (de color verde oscuro y sabor no demasiado dulce), la Rocío de Miel (liso por fuera, de color amarillo pálido, textura jugosa y sabor muy dulce), la Galia (corteza amarillo intenso y pulpa blanca verdosa) y Cantalupo (corteza atravesada por líneas, pulpa anaranjada y aroma intenso).
El melón es una de las frutas más ricas en antioxidantes naturales. Posee una alta concentración de pro-vitamina A, vitamina C y vitamina E. Al ser una fruta muy baja en calorías (aporta solo 30 cals. por cada 100 gr. de fruta comestible) está especialmente indicada en tratamientos para bajar de peso. Es una fruta altamente refrescante que suele ser consumida de forma exclusiva en el verano. Es importante, al comer melón, no mezclarlo con ninguna otra fruta (debido a que es incompatible). Si se lo come junto a otras comidas, procurar comer primer el melón (nunca como postre).
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