lunes, 2 de mayo de 2011

Las incógnitas en torno al cadáver de Bin Laden





Rui Ferreira | Miami
Actualizado lunes 02/05/2011 05:35 horas



Osama Bin Laden murió de un disparo que le destrozó la cabeza propinado por un oficial del cuerpo especial de la Marina, conocido como los 'SEAL'. Los soldados recuperaron el cuerpo, lo subieron a un helicóptero y lo evacuaron hacia Afganistán. Pero puede estar en un hospital militar estadounidense en Alemania o, incluso, en los mismos Estados Unidos.

Según dijo una fuente oficial del Pentágono a la cadena CNN, "ha sido tratado con dignidad, acorde a los ritos islámicos". Y según los medios estadounidenses, el cuerpo ha sido llevado a Afganistán y enterrado en el mar posteriormente.

Hasta aquí la versión oficial, pero se abre una panoplia de especulaciones sobre la suerte del cadáver. Las preguntas son muchas. ¿Piensa Estados Unidos traerlo a su territorio o se quedará para siempre en el mundo árabe donde sería cremado y sus cenizas esparcidas en una zona desconocida para no crear lugares de culto de sus seguidores?

En 1967, Estados Unidos cometió el error de dar a conocer la muerte del guerrillero argentino Ernesto Che Guevara, no ocultó su muerte pero no divulgó el lugar donde lo enterró. La incógnita transformó al Che en una leyenda mitológica de la izquierda mundial que dura hasta hoy y cuya imagen está siempre presente en la cabecera de toda manifestación ante una Embajada estadounidense por ese mundo fuera.

¿Quiere Estados Unidos crear un nuevo mito en el Cercano Oriente? Fuentes consultadas esta madrugada por ELMUNDO.es, en el estamento político y diplomático estadounidense han asegurado que "eso no sería lo deseable".

Pero también han coincidido en que el Gobierno del presidente Barack Obama debe presentar algún tipo de evidencia física de que, finalmente, logró "hacer justicia" con el responsable de las más de 3.000 muertes por los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001.

"Lo ideal sería invitar a un grupo selecto de periodistas con credibilidad, de varios países, llevarlos a Afganistán y mostrarle el cadáver", dijo a ELMUNDO.es un exdiplomático de Estados Unidos en Latinoamérica.

Se trata de una operación logística complicada. Lo más probable, agregó un exanalista del Departamento de Estado, es que si Obama decide hacer algo así, "no puede olvidar a la opinión pública de los países árabes". Por lo tanto, una muestra pública del cadáver debe incluir a periodistas del mundo árabe. Sin embargo, hay que ponderar las reacciones de la población.

Desde la ejecución en Libia en 1931 del héroe independentista Omar al-Mukhtar, a manos de las tropas fascistas italianas de ocupación, el mundo árabe no tiene un héroe emblemático. El año pasado, el dictador libio Muamar Gadafi desembarcó en Roma con una foto de Mukhtar en el pecho de su uniforme militar.

"Estados Unidos debe evitar eso con Osama bin Laden a toda costa. Con el tiempo se olvida la memoria y la cultura popular lo puede transformar en un héroe, que no lo es", advirtió el ex diplomático estadounidense en Latinoamérica.

Una cosa es el anuncio de la muerte de Osama. Otra cosa es la presentación de las pruebas. Cuando capturaron los cadáveres de los dos hijos y un nieto de Sadam Husein, en Irak, las tropas estadounidenses tuvieron que mostrar los cuerpos a la prensa dos veces, porque de la primera ninguno de los reporteros estuvo seguro de que se trataban de ellos.

Con Osama no puede haber dudas. "Tienen que dar alguna evidencia, tienen que mostrar el cuerpo", agregó el exanalista del Departamento de Estado.

Un presidente popular como Obama puede perder la reelección si no adelanta pruebas más creíbles que su palabra. Por ahí ya anda Donald Trump, dicen os primeros chistes circulando minutos después del anuncio del presidente: "Quiero ver el certificado de defunción de Osama".

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