miércoles, 31 de agosto de 2011
El Vaporcito de El Puerto se hunde tras chocar contra el cantil del muelle
Fue en un abrir y cerrar de ojos. El Adriano III, más conocido como el Vaporcito de El Puerto, se hundió ayer en poco más de siete minutos desde que llegó al muelle Reina Victoria minutos después de golpear la proa contra la Punta de la Sato en la bocana.
La colisión provocó que se abriera una vía de agua en el casco y, a duras penas, pudo llegar hasta el cantil del muelle, desalojar a los 80 pasajeros y los tres tripulantes que viajaban a bordo para acto seguido irse a pique. Como si de una película se tratara, primero desapareció la proa, se levantó la popa y fue engullido por el mar, aunque despué salió de nuevo a flote la cubierta superior.
El patrón de la embarcación, Juan Antonio Vélez Sánchez, explicó que traía el barco pegado a la escollera cuando "me quedé sin gobierno y le he dado un golpe con la proa". Este desconocía los motivos por los que se había bloqueado el timón y dijo que llevó el Vaporcito al puerto "como he podido, con suerte". Vélez lleva diez años como patrón del Adriano III y hasta ahora nunca había tenido percance alguno.
Los 80 pasajeros que viajaban a bordo pudieron salir sin problemas del barco y no hubo lesionados, aunque alrededor de 15 decidieron interponer denuncias porque decían que el piloto se había quedado dormido. Uno de ellos aseguró a este periódico que no podía precisar si estaba dormido o simplemente se distrajo, pero fueron los propios pasajeros los que tuvieron que avisarlo de que iba a colisionar. Esta misma persona, que también va a presentar denuncia, añadió que Salvamento Marítimo le preguntó si necesitaba ayuda y les contestó que no, por lo que siguió camino del cantil del muelle.
A Juan Antonio Vélez la Guardia Civil le practicó el preceptivo control de alcoholemia y dio un resultado negativo.
Al muelle Reina Victoria acudieron en un primer instante los bomberos, que trataron por todos los medios de que no se hundiera el barco pero todo fue tan rápido que no pudieron hacer nada por él.
El barco tenía, según el patrón, 2.000 litros de combustible en su interior y parte del mismo se encontraba dispersado por el perímetro del barco, aunque no se había extendido a otros lugares del muelle.
No obstante, el equipo de amarradores del puerto de Cádiz y miembros de la Autoridad Portuaria pegaron los restos del barco al cantil del muelle y empezaron a retirar los elementos que se encontraban sueltos, tales como los cables con bombillas, algunos bancos, la escala y trozos de madera para evitar que se llegaran a la parte de navegación. Todos los restos fueron izados con un camión grúa que se llevó para tal efecto.
Asimismo, en el propio perímetro extendieron un chorizo (una especie de lona para absorber el combustible) y después se lanzaron unas llamadas mantas también para esponjar el gasoleo desde el mismo interior del barco, al que accedieron algunos de los amarradores. Posteriormente se pusieron unas barreras de la propia Autoridad Portuaria más anchas para asegurarse aún más de que no hubiera un escape de combustible.
Por la noche, con unos focos que se instalaron, continuaban los trabajos para estabilizar el barco, del que sólo se podía ver la cubierta superior y nada de la popa y la proa. El Vaporcito se hundió en una zona en la que puede haber unos ocho metros de profundidad.
Antonio Somorrostro, el propietario de la empresa que gestiona el barco Vaporcito de El Puerto S.L., se encontraba ayer en El Ferrol cuando ocurrió el accidente, por lo que se dirigió a la capital gaditana una vez que se enteró del siniestro.
A partir de ahora la propiedad tendrá que hacer un informe y le corresponderá a ella la reflotación del barco, aunque esta operación no será cuestión de unos días sino que se puede alargar bastante en el tiempo, según fuentes consultadas por este periódico.
Una de las opciones que se barajan es que pueda ser izado con una grúa poniéndole unos flotadores por la parte de abajo. Hay que tener en cuenta que el Vaporcito de El Puerto es un Bien de Interés Cultural (BIC) y por ello no puede ser desguazado, sino que una vez que se reflote, las piezas se deben poner a buen recaudo. De ello bien se encargó de recordarlo una técnica de la delegación de Cultura de la Junta que acudió ayer al muelle mientras que se llevaban a cabo las labores de estabilización.
El hundimiento de El Vaporcito causó una gran expectación entre las personas que estaban en el muelle en ese momento y en los alrededores. Una vez que se publicó en la web de este diario, empezó a extenderse por las redes sociales. Los cruceristas de uno de los buques Aida y los pasajeros del catamarán se asomaron a la borda para ver el espectáculo que había ayer en el puerto gaditano.
Al muelle acudieron agentes de la Policía Nacional, la Guardia Civil y de la propia Policía Portuaria, además del capitán marítimo, Pedro Frutos. Entre los políticos acudieron Bruno García en primera instancia, como delegado de Turismo, y la alcaldesa Teófila Martínez. Esta mostró su pesar por el accidente de la embarcación.
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