martes, 25 de mayo de 2010

El Ejército presenta al soldado del futuro: menos pesado y con internet

17 Marzo 10 - Madrid - A. M.
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España ha comenzado ya a implantar el nuevo uniforme árido, que sigue la estela del «Army Combat Uniform» (ACU) del Ejército norteamericano. Lo ha hecho en las unidades de reemplazo en Afganistán, cinco años después de que lo introdujera Estados Unidos. El uniforme emplea un camuflaje con un característico estampado diseñado digitalmente en forma de píxeles.

Las Fuerzas Armadas están en proceso de actualización de su uniformidad conforme a los dictados de la OTAN. La instrucción 70/2009, firmada por el Jefe de Estado Mayor de la Defensa, el general José Julio Rodríguez Fernández, unificará de forma efectiva desde este mes el uniforme de campaña para los tres ejércitos (tierra, mar y aire).

Desde los años 80, con el característico verde oliva, España se mantiene a remolque de los patrones de Estados Unidos. Hasta ahora, el Ejército español había utilizado el camuflaje «woodland», que combinaba en forma de manchas el verde, el marrón y el negro para terrenos boscosos, y el modelo «chocolate chip» para el desierto. Este último es el que visten aún hoy los soldados españoles en Afganistán, y se corresponde con el uniforme empleado por Estados Unidos durante la guerra del Golfo en 1990.

Los botones serán sustituidos por cremalleras y cierres de velcro y las botas serán reemplazadas por nuevos materiales. Las divisas se mostrarán en el pecho y cuello de la camisa. Entre los requisitos que se han buscado: que sea ligero, confortable, resistente y no quede demasiado pegado al cuerpo del soldado, que no deberá utilizar ceñidor con el traje de faena. Los nuevos uniformes españoles convivirán con los modelos antiguos menos de un año para el patrón árido y entre tres y cinco para el boscoso.

Incluso las fotos facilitadas por el Ministerio de Defensa aún combinan el chambergo antiguo con el camuflaje nuevo en el uniforme de combate.

El blanco y el negro, eliminados
Los puntos blancos del uniforme de desierto que España intenta reemplazar son fácilmente detectables por dispositivos infrarrojos, motivo por el cual los norteamericanos decidieron dar por obsoleto este modelo que, además, contaba con manchas negras, un color que ha sido eliminado de la uniformidad de campaña ya que no se encuentra en la naturaleza.

Este antiguo diseño dio pie al conocido como modelo «tricolor» o «coffee stain» (mancha de café), que utilizaba para los «marines» una combinación de arena, ocre y marrón a modo de pinceladas, y que ha servido de transición hacia el actual con píxeles que visten todas las unidades desde 2007.

Evolución al modelo de píxeles
El nuevo uniforme de combate, destinado a terrenos áridos y a zonas urbanas, utiliza un camuflaje que mezcla un color gris pizarra, el ocre similar a la tierra del desierto y el verde. A pesar de su reciente instauración, se remonta a investigaciones llevadas a cabo en la década de los 70, aunque su desarrollo y patente definitivos pertenecen a Canadá.

El color negro se ve excesivamente oscuro a través de gafas de visión nocturna y genera mucho contraste, mientras que el gris tiende a mimetizarse con lo que le rodea. Según los estudios, el uniforme ACU se difumina hasta el grado de no poder distinguirse a más de 18 metros de distancia, y a 200 metros mejora hasta en un 40 por ciento la «invisibilidad» respecto a los diseños anteriores. Países como China, Finlandia o Jordania cuentan hace años con sus propios patrones y en la actualidad se está implantando la mimetización digital en aviones y vehículos militares.

El modelo «MultiCam»
El objetivo que persigue la pixelización de los colores es difuminar la imagen del militar, no tanto confundirla con el paisaje, que es la idea que persigue «MultiCam», un patrón de camuflaje desarrollado por la compañía Associates Crye en colaboración con el Ejército de los EE UU. El diseño estuvo en la puja por reemplazar el modelo «tricolor» usado en la invasión de Irak.

Sin embargo, frente a la generalización de las patentes de píxeles, el «MultiCam» es únicamente utilizado por algunas unidades de élite norteamericanas. Está diseñado para reflejar algunos de los colores del medio que rodea al soldado. Mediante la adaptación a condiciones cambiantes de iluminación, las mezclas que componen el patrón disuelven la figura dentro del entorno que le rodea.
España ya tiene un soldado "nuevo". Pesará menos y estará conectado a internet. Así lo ha anunciado la ministra de Defensa Carme Chacón al presentar un proyecto de investigación y desarrollo liderado por España, que comenzará a actuar en las zonas de operaciones en junio de 2011.

Chacón ha visitado hoy en Granada el Mando de Adiestramiento y Doctrina (Madoc) del Ejército, donde ha conocido de cerca este programa de I+D+i del Ministerio de Defensa, que, desarrollado por un grupo de empresas españolas, arrancó hace diez años y sitúa a España "al mismo nivel que los Ejércitos más avanzados del mundo".

Concebido como un sistema de equipos avanzados para mejorar la capacidad de localización, detección y supervivencia de los soldados, el equipamiento del denominado combatiente del futuro tendrá un peso máximo de 30 kilos, lo que supone una reducción en seis kilos respecto a la equipación que en la actualidad llevan los soldados españoles en misiones como la de Afganistán.

Aligerar el peso sin afectar a la seguridad de los combatientes es uno de los objetivos de este programa, que ha contado con un presupuesto de 26 millones de euros desde 2006. Este futuro soldado estará equipado con conexión a través de internet, enlace inalámbrico con el pelotón, visores para poder actuar de día y de noche, sensores para poder informar del estado de salud del combatiente y un chaleco más ligero y resistente que ofrecerá más protección y seguridad.

Con este prototipo, cuya fase de desarrollo concluirá en noviembre para enviarse en un año a las zonas de operaciones si se cumplen los plazos de producción, España encabeza "los esfuerzos de la Agencia Europea de Armamento para el desarrollo de un combatiente futuro común a todos los países de la Unión Europea", según Chacón.

Para el coronel José Ramos, jefe de la oficina de este programa, la diferencia entre el combatiente de los años cincuenta y el actual es "menor" que la existente entre el soldado actual y el del futuro.

Lo que cambia, ha dicho, es el concepto del combatiente: "Hasta ahora el combatiente era un soldado que portaba un arma, pero a partir de este programa tiene otros cometidos". La principal ventaja es la protección que aportará al soldado, que en todo momento podrá estar localizado -lo que facilitaría su búsqueda en caso de que causara baja-, informado y comunicado con sus superiores, al portar un sistema de mando y control.

Durante el desarrollo del programa, que cuida detalles como el diseño de la ropa interior para facilitar la evacuación del sudor, se han abordado aspectos como la posibilidad de que las botas produzcan energía al andar para alimentar los sistemas que porta el soldado, si bien esto último no se ha conseguido de momento.

En su intervención, la ministra ha argumentado la necesidad de dotar a los ejércitos con estos equipos de última generación en que "las nuevas amenazas, como el terrorismo, los enfrentamientos asimétricos o las armas de destrucción masiva" obligan a replantear "nuestra forma de actuar y los equipos que manejamos".

Tras su visita al Madoc, donde se ha entrevistado con el teniente general Francisco Puentes Zamora, jefe de este mando concebido para proporcionar al Ejército en sus misiones lo necesario desde el punto de vista intelectual y material, la ministra ha inaugurado el Centro Mixto Universidad de Granada-Madoc, con el que se oficializa la relación entre ambas administraciones, que data de 1998.

Se trata de una escuela interuniversitaria de posgrado de la defensa en la que se gestionan programas de doctorado, máster y cursos de asesoramiento que comparten ambas instituciones. El Madoc y la Universidad de Granada han realizado ya 26 proyectos de investigación conjuntos y tienen en curso otros seis.

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