lunes, 13 de diciembre de 2010

Los tiburones se comen el turismo en Egipto


La mañana de invierno iba a comenzar como cualquier otra para Foad el-Gharib, con un chapuzón rápido en las cálidas aguas turquesas del Mar Rojo, al lado de su casa residencial en Coral Bay. Pero justo antes de de zambullirse, escuchó llantos apagados de una mujer en la distancia. Cuando miró hacia arriba vio a un buceador gesticulando con impotencia cerca del arrecife de coral.

Estaba a unos 8 metros (50 pies) de distancia y sus gafas de buceo tenían vaho, pero aún así Foad podía ver el pánico en los ojos de la mujer. En una décima de segundo, desapareció bajo el agua. Cuando emergió, gritando, el agua a su alrededor estaba teñida de rojo. La mujer Seguía haciendo gestos de socorro. En donde hacía unos segundos había una mano, tan sólo quedaba un hueso.

Fue entonces cuando Foad logró ver al depredador.

“Un tiburón gris, de tamaño medio, estaba nadando justo al lado de la mujer. Y su mano estaba en la boca del tiburón”, recuerda el empresario de mediana edad. “Todo el mundo en la playa se quedó estupefacto cuando comencé a gritar ‘¡tiburón!’. Después la gente comenzó a ponerse histérica al ver el cuerpo mutilado de la mujer. Soy buceador hace 20 años, pero eso fue terrorífico”.

Ese fue el primer ataque de tiburón a un bañista en Sharm el-Sheikh en más de un año. Ese incidente inusual, no obstante, no ha sido ni el último, ni el peor.

En menos de una semana cinco ataques diferentes a buceadores y nadadores extranjeros en Sharm el-Sheikh, el destino costero más popular de Egipto, han generado un ambiente de miedo palpable entre los turistas al sur de la península del Sinaí.

Los terribles ataques son algo tan poco común que los expertos y las autoridades están intrigados. Un líder local ha llegado incluso a asegurar que la agencia de espionaje israelí podía haber llevado ese tiburón hasta las aguas egipcias.

Turistas y sector turístico, temerosos

Pero más allá de los peligros que acechan debajo del agua, en tierra firme aumenta la histeria entre los empresarios de la zona, en donde se ingresan anualmente millones de euros gracias al turismo y que las autoridades están intentando retener con desesperación.

“De ningún modo me voy a meter ahora en el agua. Estoy demasiado asustada”, asegura Lisa, de 28 años, de Manchester (Inglaterra), que viajó a Sharm el-Sheikh junto a su novio Ryan para unas vacaciones de buceo. “Estuvimos nadando justo en la misma zona que la última víctima. Podíamos haber sido nosotros”.

El nerviosismo se comenzó a apoderar del balneario egipcio hace poco más de una semana, cuando comenzó la serie de ataques de tiburón.

El 1 de diciembre dos mujeres rusas resultaron seriamente heridas por mordiscos de tiburón cuando buceaban al norte de las playas principales de Sharm. Al día siguiente, un hombre ucraniano y otra turista rusa también fueron heridos por mordiscos de tiburón, según ha informado Mohamed Dahe, el gerente general del hospital local.

Las autoridades egipcias respondieron cerrando las playas a los bañistas. Al día siguiente fueron reabiertas, y el depredador volvió a atacar. Su siguiente víctima fue una mujer alemana de 71 años, que murió tras ser atacada en las piernas.

“Lo que está pasando es muy extraño, pero está causando bastante temor. Lamentablemente esto casi parece el escenario de la película ‘Tiburón’”, asegura Jochen Van Lysebettens, gerente de la Red Sea Diving College.

Los ataques de tiburones en Sharm, al igual que en el resto del mundo, son algo extremadamente raro.

En el Mar Rojo egipcio tan sólo se han registrado seis incidentes no provocados de tiburón (sin incluir los últimos cinco) en la última década, según el archivo internacional que mantiene el Museo de Historia Natural de Florida.

Sin versión oficial

En la última semana las playas, restaurantes y centros de ocio nocturno de Sharm estaban repletos de turistas extranjeros que esperaban una respuesta oficial a los numerosos ataques de tiburón.

Hasta la zona se ha desplazado un equipo de expertos estadounidenses y australianos para ayudar a encontrar una respuesta.

El repentino aumento de la frecuencia de los ataques está poniendo en peligro a los negocios locales, ya que las playas han sido clausuradas de nuevo a la mayor parte de actividades debido a las investigaciones en marcha.

Según Van Lysebettens, su negocio de buceo podría empezar muy pronto a perder la mitad de su promedio de 100 clientes diarios, lo que obligará a despedir instructores y otros empleados.

La economía de Egipto depende en gran medida del turismo, que genera ingresos anuales cercanos a los 10.000 millones de euros.

Sharm el Sheikh, con sus coloristas arrecifes de coral, playas y activa vida nocturna es uno de los principales destinos turísticos de Egipto. Más de 3 millones de visitantes acuden cada año al Mar Rojo tan sólo para bucear, según estadísticas del gobierno.

Una oleada de ataques terroristas a instalaciones turísticas a lo largo de la península del Sinaí entre 2004 y 2006 ya tuvo un grave impacto en la llegada de extranjeros en la región. Hesham Mahmoud, gerente del Helnan Marina Sharm, un hotel en un acantilado sobre la popular bahía de Na’ama, asegura que muchos vecinos están “perdiendo confianza” en la capacidad de las autoridades egipcias para resolver el problema.

“Le digo a mis huéspedes que no se asusten, pero todo este tema del tiburón me preocupa bastante”, afirma Mahmoud. “Si las cosas no cambian rápido, nuestro negocio se verá afectado. Creo que muchos gerentes de hotel en Sharm también están preocupados”.

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