No hace falta saber sueco para entender este anuncio que, por cierto, tiene revolucionada a media Suecia. Una joven mamá friega los platos en la cocina mientras el bebé la observa sentado en su trona. La mamá rellena el biberón con el agua sucia del fregadero y se lo da a beber. La escena es molesta, impactante y efectiva.
La iglesia sueca, responsable de la campaña, deseaba resaltar el hecho de que millones de personas en el mundo no tienen acceso al agua potable. La campaña está recaudando una buena cantidad de dinero, al tiempo que ha levantado la ira de muchos suecos.
Según la iglesia sueca, cada minuto mueren cuatro niños por falta de agua potable. Margareta Grape, responsable de relaciones exteriores de la iglesia, dijo en un rueda de prensa que la gente necesita que la sacudan mediante imágenes como las contenidas en el anuncio para reaccionar y entender la importancia del agua potable.
Desde que comenzó a emitirse el anuncio en la TV sueca este mes, la iglesia ya ha recaudado más de 5.ooo donaciones de unos cinco euros como promedio. La iglesia sostiene también varios proyectos sostenibles en todo el mundo, incluyendo reforestaciónd de árboles, construcción de sanitarios exteriores, pastillas desinfectantes para el agua, depósitos cisterna y puntos de agua potable.
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