domingo, 14 de marzo de 2010

Tres estadounidenses asesinados en México


Ciudad Juárez, Washington. En un fin de semana marcado por los enfrentamientos entre los carteles de las drogas y fuerzas de seguridad que dejaron al menos 35 muertos en el sur de México, el asesinato de tres estadounidenses ligados al consulado de su país en Ciudad Juárez desató la inmediata condena e indignación del jefe de la Casa Blanca, Barack Obama.

De igual manera, El presidente de México, Felipe Calderón, condenó el asesinato de los estadounidenses en Ciudad Juárez, considerada la urbe más violenta de México y una de las más peligrosas del planeta. Como su colega estadounidense, Calderón expresó su “indignación” por el suceso y manifestó “su más sentido pésame a los familiares de las víctimas”.

Obama se declaró ayer “indignado” por los que calificó como “brutales asesinatos”, según un comunicado que dio a conocer el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos.

Una de las víctimas fue la funcionaria consular estadounidense Lesley A. Enríquez, ultimada junto a su esposo Arthur H. Redelf. Ambos fueron identificados ayer por Robert Cason, padrastro de Redelf.

La pareja fue baleada dentro de su automóvil cerca del puente internacional Santa Fe, que vincula a Ciudad Juárez con El Paso, Texas, dijo un portavoz de la procuraduría del estado de Chihuahua. Su bebé de un año fue hallado ileso en el asiento trasero del vehículo.

La Casa Blanca dijo además que el esposo de una empleada consular mejicana también fue asesinado el sábado en Ciudad Juárez, en otro tiroteo.

“El presidente Obama está profundamente entristecido e indignado por las muertes de quienes tenían nexos con la sede diplomática estadounidense en esta ciudad mejicana”, indicó el comunicado de Washington.

El mandatario extendió sus condolencias a las familias y condenó estos ataques contra el personal consular y diplomático. “De concierto con las autoridades mejicanas, trabajaremos incansablemente para llevar a sus asesinos ante la Justicia”, expresó el texto de la Casa Blanca.

Sin garantías. Por otro lado, el Departamento de Estado norteamericano informó ayer que autorizó a empleados del gobierno en seis consulados estadounidenses del norte de México a sacar a sus familiares de la zona debido a temores por el aumento de la violencia relacionada con el narcotráfico. Por lo menos 18 mil personas han muerto desde que Felipe Calderón lanzó una ofensiva contra los narcotraficantes en diciembre del año 2006, poco después de asumir el poder.

El Departamento de Estado dijo que los familiares están autorizados a abandonar las ciudades fronterizas de Tijuana, Nogales, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo, Monterrey y Matamoros.

Fred Lash, vocero del Departamento de Estado, dijo que la decisión de autorizar a los familiares de empleados consulares a salir de la zona no se basó sólo en las muertes del sábado, sino también en un patrón más amplio de la violencia y las amenazas en el norte de México durante semanas recientes.

El Departamento agregó que ataques violentos recientes forzaron a la embajada estadounidense en la Ciudad de México a recomendar a ciudadanos estadounidenses que pospongan viajes innecesarios a zonas de los estados norteños de Durango, Coahuila y Chihuahua.

La sangrienta guerra contra el tráfico de drogas afecta la zona fronteriza de México con Estados Unidos desde hace años y las calles, antes activas, lucen vacías al oscurecer. El gobierno mejicano envió más de 45 mil soldados a luchar contra los carteles desde que asumió Calderón.
la voz.com. ar

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