La profanación de tres tumbas en el cementerio causa estupor en Cartaya

La Guardia Civil investiga la profanación de tres tumbas que se produjo en la madrugada del lunes al martes en el cementerio municipal Nuestra Señora de Consolación de Cartaya, cuya autoría y móvil aún se desconocen. La acción vandálica se desarrolló al parecer al azar.

La voz de alarma la dio a primera hora de la mañana el encargado del mantenimiento del camposanto cartayero, que alertó a las autoridades locales sobre la aparición de tres nichos abiertos con indicios evidentes de haber sido forzados. Del mismo modo, también aparecieron destrozados y abiertos los féretros contenidos en su interior, así como esparcidos por el exterior de uno de los nichos algunos restos mortales del difunto y diversos objetos personales, sobre todo prendas de vestir. En otro de los casos, el cráneo del difunto había sido incluso empujado hasta el fondo del nicho.

Nada más conocerse los hechos, se trasladaron al cementerio municipal, situado en el margen derecho de la carretera Nacional 431 (aproximadamente a un kilómetro y medio de Cartaya viniendo desde Gibraleón), varios miembros del puesto de la Guardia Civil, del equipo de la Policía Judicial de la propia Benemérita y de la Policía Local del municipio, así como varios operarios municipales, que se encargaron del arreglo de los desperfectos ocasionados una vez las fuerzas del orden finalizaron las investigaciones sobre el terreno.

El móvil del robo se descartó desde el primer momento, ya que tras las investigaciones iniciales efectuadas se pudo comprobar que aparentemente no faltaba en el camposanto ningún objeto. Todos los indicios apuntan a que las profanaciones se hayan debido a una acción vandálica derivada de algún tipo de apuesta entre sus autores

Según comprobó la Guardia Civil, los profanadores no forzaron ninguna de las puertas de acceso al recinto para entrar en el cementerio por lo que se baraja la posibilidad de que lo hayan hecho saltando el muro exterior de la parte trasera del edificio. Para la rotura de los tabiques de ladrillo de los tres nichos, situados todos en la zona de ampliación del cementerio que fue estrenada hace ahora poco más de un año junto a la antigua, los autores de las profanaciones se han valido al parecer de diversos objetos contundentes como palanquetas o martillos. El hecho puede tener alguna relación con el movimiento de luces y personas que al parecer pudieron ser vistas por algunos testigos en la madrugada de Nochevieja. A lo largo de toda la jornada de ayer, el camposanto cartayero permaneció cerrado al público.

El alcalde, Juan Antonio Millán, hizo un llamamiento a la tranquilidad ciudadana y aseguró que inmediatamente se informó del hecho a la Guardia Civil, que a su vez lo puso en conocimiento del Juez y la Policía Judicial. Por parte del Ayuntamiento se procedió a identificar e informar a las familias afectadas.