martes, 10 de agosto de 2010

La Policía Local recauda 4.650 euros de multas por orinar en plena calle

Malos olores, manchas en las esquina, portales, soportales, plazas y trancos. Estas son las señales que no dejan lugar a dudas de que los almerienses no respetan los lugares públicos ni las ordenanzas municipales. Y es que son muchos, más de los que nos pensamos, los que habitualmente orinan en plena calle y ante la mirada atónita del resto de los viandantes. Así lo reflejan también las cifras de la Policía Local de Almería, que desde que comenzó el año han recaudado casi 5.000 euros en multas por hacer pipí en la vía pública. Una cuantía que casi triplica a la recopilada durante todo el año anterior, según informó la Jefatura a Diario de Almería.

Soltar la vejiga en la calle cuesta al que sea cazado in fraganti nada más y nada menos que 150 euros. Pero la dificultad de sorprender a los infractores con las manos en la masa hace que la Policía tenga doble trabajo, primero vigilar las zonas más problemáticas y después acertar con la hora justa para ser testigos de cómo el individuo o individua micciona para poder abrir el expediente.

No obstante, la ordenanza está obteniendo los resultados que pretendía, corrigiendo conductas incívicas y, de paso, haciendo caja. El Ayuntamiento observa con gran preocupación la proliferación de malos olores en el centro de la capital, como por ejemplo en la plaza del Educador, donde ya se ha dado orden a los operarios de la limpieza de que froten las aceras con agua y lejía para eliminar el fuerte olor y evitar que los ciudadanos tengan que taparse la nariz cuando pasan por la zona.

Desde el Ayuntamiento aseguran que, "tal y como van las cifras que actualmente registra la Policía Local, se prevé que a final de año las sanciones sean muy abultadas, con lo que cada vez serán más los ciudadanos concienciados con la normativa".

Los vecinos del centro de la capital, las denominadas Cuatro Calles, son sin embargo los almerienses que más sufren los orines en la puerta de sus casas. Y es que a pesar de que a los infractores les da igual un sitio que otro, los alrededores de los locales de copas son los puntos más habituales donde los jóvenes orinan en la vía pública. Al menos así lo demuestran los expedientes de la Policía, cuya mayoría citan calles céntricas como lugar donde se cometió la infracción.

El orín de las mascotas también contribuye al mal olor de las calles, y en este caso también son los dueños los responsables.

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