La de Julia Madruga fue la única muerte por violencia de género que se produjo el 19 de marzo de 2010. Murió asesinada a puñaladas a manos -presuntamente- de su ex marido cuando estaba cuidando de su madre ingresada en la clínica Blanca Paloma. El suceso causó una gran conmoción en toda la provincia, y especialmente en Lepe, de donde era vecina Julia. Cayetano G.M., el presunto autor del crimen, fue detenido por la Policía y el Juzgado de Violencia de Género dictó prisión provisional para él. Ahora espera juicio.
La Fiscalía de Huelva ya ha elaborado su escrito de calificación, que recoge la petición de condena para Cayetano G.M.. La coordinadora de la sección de la Fiscalía de Violencia contra la Mujer, Adela García, adelantó a Odiel Información que el Ministerio Público solicitará una pena de 20 años de prisión para el acusado por considerarle autor responsable de un delito de quebrantamiento de condena (cumplía una orden de alejamiento, ya que había sido denunciado por malos tratos) en concurso con un supuesto delito de asesinato.
García precisó que el procedimiento contra Cayetano G.M. seguirá la Ley del Jurado y manifestó asimismo que tanto la Junta de Andalucía como la Abogacía del Estado se han personado en la causa, acogiéndose a los criterios expuestos por el Ministerio Fiscal.
Adela García recordó que el asesinato de Julia Madruga, de 56 años, fue un “mazazo” para la Fiscalía de Violencia hacia la Mujer. “Todas las muertes son duras, y especialmente cuando identificas a la persona en la declaración”.
Cayetano G.M. tenía antecedentes por malos tratos y sobre él pesaba una orden de alejamiento cuando se produjeron los hechos, en base a una sentencia del Juzgado de Violencia de Género dictada en enero del mismo año. También le constan antecedentes por malos tratos puntuales –golpes en la cara– así como por amenazas de muerte, denunciadas igualmente por la víctima.
La fiscal recordó que este caso fue “especialmente cruento”, ya que Julia Madruga fue asesinada en presencia de su madre, a quien cuidaba en una habitación de la clínica Blanca Paloma de Huelva, en La Orden. “Quién iba a prever que alguien iba a entrar en el hospital y acuchillar a su ex mujer en presencia de su madre”, dijo García, que insistió que fue una muerte “muy difícil” para las tres fiscales de la sección de Violencia de .
Por otro lado, la fiscal señaló que la muerte de Julia Madruga “llevó aparejada dos muertes más”. Por una parte, recordó, la madre de la víctima “no pudo soportar ver cómo delante suya, sin poder hacer nada, mataron a su hija”. Fue testigo directo del brutal asesinato a puñaladas. El 12 de abril falleció. Pero Adela García también manifestó que este crimen también “llevó aparejada la muerte de su compañero sentimental, que se suicidó el 22 de abril”. Estaba destrozado por lo ocurrido, por no haber podido evitarlo, “porque dejó sola a Julia aquel día”.
Asimismo, García aseguró que Cayetano G.M. se encontraba “en perfectas condiciones mentales”, por lo excluyó la posibilidad de una atenuante por enajenación mental, de ahí que pida la condena máxima. Lo único que hizo Julia Madruga, dijo la fiscal, es que “decidió continuar con su vida e iniciar una nueva relación sentimental”.
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