jueves, 14 de abril de 2011

Nuestro edificio se hunde

“Nuestro edificio se hunde”
15/04/2011 Ígor R. Iglesias
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Vecinos de la barriada del Rocío está preocupados por las grietas y el desnivel que presenta su edificio con respecto al resto del barrio. El suelo se les hunde y las primeras impresiones técnicas sobre las que han tenido conocimiento hablan de una inadecuada cimentación, propia del quehacer urbanístico de época franquista.
Este bloque se localiza entre las calles Puebla de Sanabria, Santísimo Cristo del Amor, Uruguay y Ecuador y afecta a todos los pisos de los seis portales que conforman esta manzana, especialmente los bajos, donde sus inquilinos comprueban día a día los efectos de tal hundimiento.
“El edificio está cediendo debido a un problema de cimentación que está afectando gravemente a la estructura”, explica Gloria Moreno, una de las vecinas afectadas y portavoz del número 29 de la calle Puebla de Sanabria, uno de los portales afectados.
“Estamos muy preocupados, porque se escuchan crujidos en las paredes”, asegura esta mujer mientras nos enseña las múltiples grietas que se han abierto en su casa.
Todos los portales presentan ese signo de hundimiento del suelo: las paredes se mantienen en su sitio, mientras el suelo está cada vez más abajo, hecho que ha provocado grietas que en el portal número 41 de la calle Santísimo Cristo del Amor tengan una abertura de tres dedos.
Antonio Páez explica cómo el problema es “el hueco que hay debajo del edificio, porque lo rellenaron con arena en vez de con hormigón y ahora las paredes, incluso las que hacen de viga, se están viniendo abajo”.
Y otra vecina, María Luisa Mesa relata cómo durante la obra de reforma que hizo en su casa “mi marido picó en el suelo para cambiar las losas y lo que encontró fue un foso bajo nuestros pies”, hueco por el que temen que se hunda el edificio.
Josefa Salas muestra con “preocupación” su casa “toda rajada” y Antonia Rodríguez, que vive en la vivienda más afectada, dice que “el suelo está todo hundido, que casi está haciendo que estemos a media pared”. Su cocina está hundida literalmente, ya que al ceder el suelo, la encimera también ha terminado por hundirse. “Estoy dormida y escucho cómo cruje el edificio y se rompen los azulejos”, expone Antonia, que dice encontrarse “asustada, con pánico”.
Estos vecinos aseguran que, por el momento, a la espera de informes oficiales, ya han recibido las primeras impresiones técnicas oralmente: “El edificio podría ceder en dos años si no se pone una solución. De ponerse, el edificio aguantaría otros 20 años más”, asegura Gloria Moreno.
Los vecinos “tememos por nuestra vida”, además de que “esta situación nos está afectando el ánimo y la salud”. Un problema que va a más conforme el edificio se viene poco a poco abajo.
No obstante, también hay quien piensa que el problema se debe a obras posteriores y que las grandes grietas se debe a la falta de pintura.

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