jueves, 6 de agosto de 2009

La conjura del pegamento

PEDRO RODRÍGUEZ | WASHINGTON
Un marido muy adúltero de Wisconsin ha recibido una pegajosa venganza por parte de su esposa y tres de sus múltiples amantes, a las que rondaba con ayuda de internet. El cuarteto de señoras cuarentonas y despechadas, de acuerdo a los cargos formalizados por el fiscal del condado de Calumet, se confabuló para atraer la semana pasada al compartido Don Juan hasta un motel de carretera con el señuelo de mantener un sensual lance con una de ellas. Pero la promesa de un éxtasis furtivo terminó convirtiéndose en una pesadilla. Atado con sábanas y con la cabeza cubierta por la funda de una almohada, el sujeto se las tuvo que ver con su humillado harén.
Entre reproches, insultos y amenazas, el hombre terminó a modo de castigo con su apéndice sexual adherido al estomago con ayuda de una generosa dosis de súper-pegamento instantáneo. Cuando finalmente el individuo pudo escapar de sus ataduras, tuvo que pasar por urgencias pero sin llegar a sufrir daños adicionales más allá de su dignidad. Ahora, las agresoras -en libertad bajo fianza- se enfrentan a penas de cárcel de seis años por conjurarse para privar adhesivamente a su víctima de la libertad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario