Efe | Ciudad de México
Actualizado lunes 17/08/2009 23:14 horas
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El Gobierno de México sustituyó a los 700 policías fiscales que controlaban las 49 aduanas del país hasta el pasado fin de semana por 1.400 agentes de entre 18 y 30 años, la mayoría con formación universitaria, en un nuevo esfuerzo por afianzar la lucha contra el narcotráfico y la corrupción.
El motivo del cambio es que los funcionarios salientes, cuyo contrato concluía el sábado, "ya no respondían al nuevo perfil de funcionario que estamos requiriendo para hacer frente a los nuevos retos de la aduana", dijo el portavoz del Servicio de Administración Tributaria (SAT), Pedro Canabal.
Según el SAT, los nuevos policías aduaneros, bautizados como oficiales de comercio exterior, pasaron "un estricto proceso de selección", con exámenes psicológicos y toxicológicos, y pruebas para asegurarse de que no tuvieran antecedentes penales.
El nuevo grupo "cuenta con una formación integral, ya que ha sido capacitado en el uso de las distintas herramientas tecnológicas que tienen las aduanas, aspectos legales, de comercio exterior, despacho de mercancías y pasajeros, procedimientos de vigilancia y control, seguridad, infracciones y sanciones", agregó la institución.
El 71% de los policías sustitutos, que comenzaron a trabajar el domingo, tiene estudios mínimos de licenciatura y el resto de bachillerato. Alrededor del 65% son hombres.
Según Canabal, los nuevos agentes tendrán además "un salario de mejor nivel" que sus predecesores.
Al margen de su capacitación técnica y académica, "se les ha instruido en el manejo de armas de fuego e inculcado y fortalecido valores como lealtad, respeto, disciplina, honestidad y amor a la patria", en colaboración con la Secretaría de la Defensa Nacional, agregó el SAT.
Incidentes
La medida forma parte del Plan de Modernización de Aduanas 2007-2012 ideado por el presidente mexicano, Felipe Calderón, y se produce después de varios incidentes que han evidenciado la fuerte infiltración del narcotráfico en la aduana nacional.
El puerto de Veracruz, el acceso marítimo más importante de México al comercio exterior, es investigado desde hace dos meses tras la desaparición de uno de sus principales directivos y el asesinato de un funcionario vinculado al cártel del Golfo.
El Administrador de la Aduana Marítima de Veracruz, en el este de México, Francisco Serrano Aramoni fue secuestrado en junio pasado y permanece en paradero desconocido desde entonces.
Un mes después de su desaparición fue publicado un vídeo en la página web YouTube con el interrogatorio de tres personas que confesaban su vinculación con el cártel del Golfo y revelaban que Los Zetas, el brazo armado de esa organización, secuestró a Serrano porque les impedía realizar sus negocios.
Uno de los tres delatores, que fueron asesinados, era el funcionario aduanero Rodolfo Lara Sánchez, que presuntamente ayudaba a seleccionar los contenedores que el grupo criminal robaba.
En una visita de Supervisión a la Aduana Marítima de Veracruz, Calderón recordó el 11 de junio que los centros aduaneros "siguen siendo un frente clave en la lucha contra la ilegalidad, el crimen organizado y la corrupción".
"Una aduana operada eficiente y honestamente vulnera de manera decidida la estructura financiera de los criminales", dijo el mandatario.
En el aeropuerto
Otro punto estratégico para las aduanas del país, el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (AICM), ha sido escenario en las últimas semanas de importantes incautaciones de droga y dinero.
Desde 2007, la policía federal aumentó las labores de apoyo en la vigilancia de la aduana del AICM tras detectar un importante flujo de precursores químicos desde Alemania, e interceptar media tonelada de cocaína procedente de Colombia.
En esa última operación fueron detenidos un agente aduanero y un operador de montacargas.
Según cifras oficiales, de enero 2007 a febrero de 2009 en el aeropuerto capitalino se decomisaron 2,6 toneladas de cocaína y 84 kilos de heroína.
Desde que Calderón asumió la Presidencia en 2006 han sido requisadas en el AICM más de nueve toneladas de pseudoefedrina, materia prima de la droga metanfetamina, y cerca de 2,8 millones de dólares.
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