sábado, 1 de agosto de 2009

Muere la ex presidenta de Filipinas Corazón Aquino


Manila (Agencias) - La ex presidenta de Filipinas, Corazón Aquino, la primera mujer en asumir la presidencia en el estado insular, murió hoy a los 76 años, según informó su familia en la capital, Manila. Aquino, apodada Cory y considerada un ícono de la democracia en Filipinas, sufría un cáncer de colon.
Fotografía de archivo del 17 de febrero de 2008 de la ex presidenta de Filipinas Corazón Aquino


Se encontraba internada en el centro médico Makati, en Manila, desde fines de junio después de que su salud se deteriora y el cáncer se extendiera a otras partes de su cuerpo. "Nuestra madre murió pacíficamente a las 3:18 del 1 de agosto de 2009 debido a un paro cardiorrespiratorio", dijo el senador Benigno "Noynoy" Aquino III.

"Ella hubiera querido que le agradeciéramos a cada uno de ustedes por todas las oraciones y su continuo amor y apoyo", agregó. "Su deseo para todos nosotros era que rezáramos los unos para los otros y para nuestro país". Gran parte del país ha estado rezando por Aquino, quien lideró una revolución incruenta de cuatro días en 1986 que derrocó a Ferdinando Marcos.

Diez días de luto
La presidenta filipina, Gloria Macapagal Arroyo, ha decretado este sábado diez días de luto nacional por la muerte de la ex mandataria. Arroyo lo anunció en un comunicado en el que calificó a la fallecida de "tesoro nacional". "Cory Aquino ayudó a liderar una revolución que restauró la democracia y el Estado de Derecho en nuestro país en momentos de gran peligro", aseguró.

El alcalde de la localidad de Makati y amigo de la familia de Aquino, Jejomar Binay, explicó al diario Philippine Star que el cuerpo sin vida de la ex presidenta será expuesto en la ciudad de San Juan para su vista pública. "Esperamos que el cuerpo llegue ahí a principios de la tarde, quizás en torno a las 14:00 (hora local)", indicó Binay, miembro de uno de los primeros gobiernos de la primera presidenta de Filipinas.

No obstante, la familia aclaró que no se celebrará un funeral de Estado en memoria de Aquino y, en cambio, su cadáver será enterrado el próximo miércoles en una ceremonia privada.

Sus restos reposarán junto a los de su marido, Benigno Aquino, abatido en el aeropuerto internacional de Manila en 1983 cuando volvía de su exilio en Estados Unidos.

Nada más conocer la noticia de la muerte de la antigua dirigente convertida en símbolo nacional, cientos de personas comenzaron una peregrinación hacia su vivienda con velas encendidas o flores. Muchos otros mostraron su pésame portando crespones amarillos, o exhibiéndolos en sus vehículos o junto a sus casas.

En muchas partes de la ciudad se podían ver en los últimos días cintas amarillas atadas a las farolas de las calles, los árboles, los portones y edificios en honor a Corazón Aquino, ya que el amarillo fue el símbolo de Aquino en su lucha contra Marcos.

Antes de su muerte, la política se había convertido en una de las voces más críticas de la presidenta Gloria Macapagal Arroyo, a quien en un primer momento, en 2001, había respaldado.

Aquino decidió negarle su apoyo a Arroyo e incluso la instó a renunciar cuando la presidenta fue acusada de haber cometido un gran fraude en las elecciones de mayo de 2004. "Estoy contenta de que muchos de nosotros aún estemos gritando 'Gloria, ¡ya basta! Renuncia ya'", dijo Aquino en un gran mítin en Manila en febrero de 2008. "Quiero que todos nosotros continuemos rezando, porque todos sabemos que sólo Dios nos puede ayudar." "Necesitamos estar unidos para poner fin a este engaño y encontrar finalmente la verdad", agregó. Un mes después le fue diagnosticado el cáncer de colon.

Defensora de la paz
Siendo presidenta, Aquino logró obtener un gran respaldo liberando a prisioneros políticos y abriendo el palacio presidencial para que la gente pudiera ver el exceso del que se habían rodeado Marcos y su influyente mujer Imelda. "Yo no soy más que una de las miles y millones de víctimas de la dictadura de Marcos", dijo en aquel entonces. "Y sé muy bien que no soy la víctima que más ha sufrido. Pero simplemente ocurrió que soy la víctima más conocida de la larga lista de víctimas de Marcos".

Nacida en la elite filipina como hija de un propietario de plantaciones de azúcar, Aquino fue educada en la religión católica y se graduó en 1953 en Nueva York en el College of Mount Saint Vincent, con especialización en francés y matemáticas. Un año después, tras haber regresado a Filipinas, abandonó su formación en Derecho para casarse con Benigno Aquino.

El 23 de septiembre de 1972, Benigno Aquino, quien por entonces era senador, fue arrestado por Marcos bajo cargos basados en la ley marcial. Benigno pasó ocho años en una prisión militar durante los que Corazón Aquino fue la cabeza de la familia de cinco hijos.

En 1980, Benigno Aquino fue liberado para que se le realizara una cirugía cardíaca en Estados Unidos. Durante los próximos tres años, la familia vivió en un suburbio de Boston. Benigno Aquino regresó a Manila en 1983 y fue asesinado por esbirros de Marcos en el aeropuerto, al descender del avión. Tras su muerte, sus seguidores recurrieron a la viuda.

Corazón Aquino declaró que lo que mayor influencia ejerció en ella no fue el asesinato de su marido, sino los casi ocho años que él permaneció en prisión, período que ella describió como un "despertar". Quien sería presidenta también señaló en reiteradas ocasiones que sus valores le habían sido dados por su marido. "Todo lo que sé lo tomé de Ninoy", declaró.

En septiembre de 1986, Corazón Aquino voló a Estados Unidos, en lo que fue su primera visita al exterior tras asumir la presidencia. Allí se reunió con el presidente Ronald Reagan en la Casa Blanca. Al día siguiente, pronunció un discurso ante el plenario del Congreso que fue un éxito.

Siendo presidenta, se comprometió a mantener la paz en el país. "Mi llegada al poder fue pacífica y así seguirá siendo", declaró en medio de fuertes aplausos. "Hace tres años dije gracias, Estados Unidos, por haber sido un refugio ante la represión", dijo ante los congresistas. "Hoy digo acompáñanos, Estados Unidos, mientras construimos un nuevo hogar para la democracia... para que prevalezca como un luminoso testamento del compromiso de nuestros dos países con la libertad".

Los senadores y los miembros de la Casa de Representantes, llevando en gran parte una rosa amarilla en honor a Corazón Aquino, interrumpieron su discurso de 23 minutos 11 veces con aplausos. La ovación final fue de más de tres minutos.

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