miércoles, 29 de abril de 2009

Residentes en Huelva manejaban el mercado de la red de venta de 'poppers'

M. Rosa Font / Huelva | Actualizado 30.04.2009 - 01:00
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La red de venta de 'poppers' (la droga del amor) desarticulada por la Guardia Civil, con la intervención de 3.265 frascos de esta sustancia en la que se ha bautizado como 'Operación Zambo', tenía su último eslabón en dos sex shop de la capital (Erótika y Kiss-Art), donde cinco personas controlaban la salida al mercado.

De las diez personas presuntamente implicadas en esta red, que operaba en Huelva además de en las provincias de Madrid y Barcelona, cinco han sido localizadas en los establecimientos eróticos onubenses.

Las primeras pistas saltaron en Punta Umbría. Al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) llegaron informaciones (por colaboración ciudadana) sobre la venta de 'poppers' (una sustancia vasodilatadora que se utiliza para facilitar relaciones sexuales) y el Juzgado de Instrucción número 4 ordenó la entrada y registro en los dos establecimientos.

En ambos sex shop se intervinieron 188 frascos de la 'droga del amor', bajo distintas marcas, preparados para la venta al público, así como 60 unidades de viagra presuntamente fraudulenta y otras 198 unidades de productos diversos destinados al consumo humano, sin registro sanitario ni información alguna sobre su composición. "Los inspectores de Salud de la Junta de Andalucía no sabían ni como clasificarlos, si como alimentarios o feromonas", de hecho, han sido enviados a laboratorio para su análisis, indicó el alférez jefe del Seprona, José Antonio Alfaro.

En esta primera fase de la 'Operación Zambo' fueron detenidos B.D.C, un español de 54 años de edad; C.M.E, de 26 años y nacional de Colombia; y W.V.F., de 35 años y natural de Bélgica, vecinos de Huelva. Estos tres individuos se encuentran en libertad con cargos, por un delito contra la salud pública, mientras dos mujeres, V.A.C., brasileña de 30 años y a J.L.P., de 23 años, han sido también imputadas.

Según las declaraciones de algunos de los detenidos, la venta de la droga del amor sólo se hacía bajo santo y seña. Existía una contraseña que los clientes debían de conocer supuestamente de antemano y que únicamente se vendían a "gente de confianza".

La documentación mercantil localizada por los efectivos del Seprona en los establecimientos de Huelva destapó la trama y desencadenó las detenciones en Madrid y Barcelona, donde se localizaron los eslabones medios de la cadena, los presuntos distribuidores del 'poppers'.

En Getafe (Madrid) fue detenido un empresario, E.L.O., de 53 años de edad, y se imputó a su vez al encargado del almacén I.D.C., de 24 años de edad. Este empresario era el proveedor de los sex shop de Huelva y le fueron intervenidos otros 3.026 frascos de la misma sustancia, así como más documentación mercantil que aportó nuevas pistas de la red.

La cadena continuaba en Castelldefels y Barcelona capital. En el primero de los registros, en un sex shop y un almacén, los investigadores encontraron únicamente un muestrario de 'poppers' con todas las marcas disponibles (las existencias se le habían agotado) pero la venta quedó acreditada a través de la documentación localizada. En Castelldefels fueron imputados J.F.D. y A.H.A., y posteriormente, ya en la capital catalana, a J.I.B., al que se le intervinieron 47 frascos de la misma sustancia.

La 'Operación Zambo' es la segunda más importante desarrollada en el ámbito nacional, después de una intervención en Madrid en la que se localizaron alrededor de 5.000 frascos de esta droga.

La sustancia intervenida tanto en Huelva como en las fases posteriores de la operación de la Guardia Civil hubiera superado en el mercado los 60.000 euros. Cada unidad, que suele costar unos cinco euros, se vendían sin embargo a 20 euros por bote en los establecimientos. En los consejos de uso del producto, se indica su utilización como ambientador.

La investigación continúa aún abierta y la Guardia Civil está analizando el material informático intervenido en los distintos almacenes y establecimientos de productos eróticos para tratar de identificar al fabricante.

El 'poppers' no está incluido de momento en el listado de estupefacientes, la UE la considera una droga de abuso y la Agencia Española del Medicamento la ha catalogado como sustancia nociva y tóxica.

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