EFE. 01.05.2009 - 03:22h
Chrysler se vio forzada este jueves a declararse en quiebra, por la intransigencia de un reducido grupo de acreedores, a la vez que firmó una alianza con la italiana Fiat, que permitirá a la empresa automovilística estadounidense salir de la suspensión de pagos en los próximos 30 ó 60 días.
A pesar de las palabras tranquilizadoras del presidente de EEUU, Barack Obama, y de los principales ejecutivos de Chrysler, algunos proveedores del fabricante de automóviles decidieron dejar de suministrar componentes, lo que obligó al cierre inmediato de varias factorías y el despido temporal de centenares de trabajadores.
Obama acusó a un reducido grupo de acreedores de provocar la quiebra de la compañía
Obama acusó a un reducido grupo de acreedores de Chrysler de provocar la quiebra de la compañía, pero advirtió que el proceso no sería aprovechado en su favor.
"Nadie debería confundirse sobre lo que el proceso de quiebra significa. Este no es una muestra de debilidad sino un paso más en el camino, claramente marcado, de recuperación de Chrysler", afirmó Obama.
Según Obama, "era inaceptable que un pequeño grupo de especuladores pusiesen en peligro el futuro de Chrysler al rechazar hacer sacrificios como todo el mundo".
Bancos y fondos de inversión
Obama se refería a una fracción de los 46 bancos y fondos de inversión a los que Chrysler debe 6.900 millones de dólares. Un pequeño grupo rechazó la oferta del Departamento del Tesoro de canjear esa deuda por unos 2.250 millones de dólares en efectivo, lo que desencadenó la declaración de quiebra.
Aunque ni la Casa Blanca ni Chrysler han identificado públicamente a los "especuladores", el periódico Free Press de Detroit dijo que son las sociedades Oppenheimer Funds, Perella Weinberg Partners y Stairway Capital.
Con respecto a la alianza con Fiat, la empresa italiana permitirá el uso "de todas su propiedad intelectual" para capitalizar Chrysler, a cambio del 20% del capital de la nueva empresa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario