El telescopio espacial Kepler de la NASA, diseñado para detectar planetas del tamaño de la Tierra en la órbita de estrellas como el Sol, ha descubierto sus primeros cinco exoplanetas (los que se hallan más allá del sistema solar) que, según los científicos, contribuyen a avanzar en el estudio de la formación de los cuerpos celestes a partir de la evolución del gas y de los discos de polvo.
Conocidos como los 'Júpiter calientes' por sus grandes masas y su calor extremo, esta nueva gama de exoplanetas posee un tamaño similar que se extiende desde la talla de Neptuno (el menor) hasta la de Júpiter (el mayor), con una temperatura estimada entre los 2.200 y los 3.000 grados centígrados, mayor que la de la lava fundida. Los investigadores subrayan que estas condiciones «los convierte en escenarios no aptos para la vida».
Denominados 'Kepler 4b', '5b', '6b', '7b' y '8b', sus órbitas muestran una duración de entre 3,3 y 4,9 días; superior a la de la Tierra al Sol. La «alta sensibilidad» del telescopio ha sido determinante para detectar su presencia, ya que dispone de capacidad para situar tanto a planetas grandes como a los más pequeños.
Según el principal investigador de la misión, William Borucki, se trata de un descubrimiento «fundamental» que pone de manifiesto la buena marcha de los avances científicos. En su opinión, «hay numerosos indicios de que el Kepler logrará cumplir con todos los objetivos que le encarga la ciencia». Por su parte, el director de la división de Astrofísica de la agencia espacial, Jon Morse, considera que «con el tiempo detectará cuerpos cada vez más pequeños».
Más de 150.000 estrellas detectadas
Lanzada el pasado seis de marzo desde Cabo Cañaveral (Florida), la misión Kepler ha observado de forma «continua y simultánea» más de 150.000 estrellas con el uso del 'fotómetro', la instrumento principal del telescopio. Si bien muchas de ellas no son más que cuerpos pequeños que orbitan alrededor de estrellas más grandes, las observaciones han confirmado la existencia de estos cinco exoplanetas, cuyo descubrimiento se basa en los datos que se recogieron durante más de seis semanas.
Se espera que el telescopio espacial continúe desarrollando operaciones científicas hasta noviembre de 2012. Durante este periodo se centrará en la búsqueda de planetas de tamaño similar al de la Tierra, incluidos los que orbiten estrellas en una zona habitable y cálida donde pueda existir agua líquida. No obstante, teniendo en cuenta que los tránsitos planetarios en estas zonas se producen una vez al año, los científicos necesitarán al menos tres años para localizar y verificar cada uno de ellos.
«Los descubrimientos de hoy son una importante contribución a ese objetivo final», dijo Borucki, quien asegura que estas observaciones revelarán la cantidad de estrellas con planetas que podrían albergar vida o concluir que el ser humano está solo en la galaxia».
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