domingo, 10 de enero de 2010

Mrs. Robinson se acostó también con el padre de su amante adolescente


Eduardo Suárez (Corresponsal) | Londres
Actualizado domingo 10/01/2010 04:11 horas



Todo puede ir a peor. Que se lo digan si no a la primera dama del Ulster, Iris Robinson. El domingo pasado tenía el respaldo mayoritario de sus votantes, que respetaban su decisión de dejar la política por depresión. Hoy es una persona distinta, tocada por la varita mágica de la fama y el sabor amargo del deshonor.

Al principio emergió que se había acostado con Kirk McCambley, un chico de 19 años al que de paso convirtió en exitoso hombre de negocios. Muchos quisieron ver en su infidelidad una locura anecdótica en una vida dedicada por lo demás a la contemplación. Una imagen idílica que, sin embargo, no concuerda con la realidad: un dominical norirlandés publica este domingo que Kirk no fue el único amante de Mrs. Robinson. Hubo en su vida al menos otros dos. El primero, precisamente con el padre de Kirk. El segundo, con un colega de su partido en los años 80.

El primer caso tiene cierta lógica. Y no sólo por las afinidades genéticas entre padre e hijo sino porque en sus comunicados los Robinson se han referido al padre del chico como un amigo de Iris. No como un amigo de los dos. El hombre se llamaba William McCambley y regentaba una carnicería en la pedanía de Ballyhackamore, en el este de Belfast. Murió de cáncer en febrero de 2008.
El fallecimiento de William la acercó a su hijo

Según la versión de la primera dama, fue el fallecimiento de William lo que la acercó a Kirk. Entre otras cosas porque le había prometido a su padre que cuidaría de él. Suponemos no hasta ese punto.

El otro amante de Mrs. Robinson era un colega del DUP, el partido unionista al que pertenecen ella y su esposo. La historia sucedió a mediados de los 80 y si ha trascendido es porque entonces los vieron en plena faena los dos guardas que custodiaban el domicilio familiar. Dos miembros de la policía del Ulster que vigilaban la casa voluntariamente después de que el Cuerpo retirara oficialmente la protección de casa de los Robinson.

Los ciudadanos del Ulster no ganan para sustos. El miércoles se enteraron de la tragedia personal del primer ministro, Peter Robinson, que confesó ante las cámaras que su esposa Iris le había sido infiel. El jueves supieron que la señora Robinson había vulnerado la ley para procurar el beneficio económico de su amante: un adolescente que responde al nombre de Kirk McCambley y regenta un café de Belfast.

La revelación podría precipitar una crisis en el Gobierno del Ulster, gobernado por un Ejecutivo de coalición que presiden al alimón republicanos y unionistas. Por lo pronto, ya ha tenido una consecuencia: la decisión del DUP de desposeer a Mrs. Robinson de sus cargos de concejala de Castlereagh y diputada en Westminster y en Stormont. Quizá sabedores de la cólera del fundador del partido, el reverendo Paisley, que según cuenta la prensa de hoy está muy defraudado con los Robinson por todo este escándalo.

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