Hace más de un año que los tribunales españoles empezaron a considerar las agresiones de escolares a profesores como un atentado a la autoridad. Desde entonces, los docentes han empezado a ver cómo sus denuncias dejan de caer en saco roto. Mientras, los escolares que acosan o intimidan a sus maestros sienten cómo el peso de la ley recae duramente sobre ellos, independientemente de su situación social y edad. Los escolares que acosan o intimidan a sus maestros sienten cómo el peso de la ley recae duramente sobre ellos
Un cambio que "poco a poco comienza a notarse en las aulas de todo el país", explica a 20 minutos el Sindicato Independiente de profesores (ANPE). Según los últimos datos del Defensor del Profesor, el curso pasado (2008/2009) recibieron 3.569 llamadas de docentes denunciando que sufrían acoso. Son 100 llamadas más que el curso anterior, en el que se registró un espectacular aumento respecto al curso 2006/2007: se pasó de 1.568 llamadas a 3.463.
Pero detrás del estancamiento de las cifras del bullying a profesores habría que añadir otros motivos al de penalizar las agresiones. Según ANPE, la mayoría de centros han incluido en sus reglamentos internos protocolos en caso de agresión. En comunidades como Madrid y Cataluña han incorporado leyes específicas para considerar las agresiones atentado contra la autoridad (en el caso catalán sólo a los directores). En Valencia y La Rioja, en lugar de leyes se han hecho normas en el mismo sentido. Por otro lado, el Gobierno estudia en este momento reconocer la figura del profesor como autoridad pública.
Se siente sólo en las aulas
Pese a la estancamiento del número de casos en España, la realidad es que cientos de profesores continúan viviendo un auténtico calvario. Según el último informe del Defensor del Profesor, el 45% de los profesores que le pidieron ayuda el año pasado presentaban un cuadro de ansiedad; el 20% sufría depresión; el 14% tuvo que pedir la baja laboral y sólo un 22% no presentaba problemas anímicos. El 45% de los profesores que pidieron ayuda el año pasado presentaban un cuadro de ansiedad
"La mayoría llaman porque tienen problemas para impartir las clases (24,7%). Luego, de lo que más se quejan son de continuas faltas de respeto, acoso y amenazas de padres, conductas agresivas de los alumnos hacia ellos e insultos. En menor medida alegan que los presionan para modificar las notas, conductas agresivas, vídeos con el móvil, insultos y agresiones físicas", explicaron desde ANPE.
El informe también revela que la mayoría de llamadas provienen de profesores de Secundaria (en el 54%), seguidos de los de Primaria (con el 32%). Otro dato significativo es que más del 60% asegura que no cuenta con el respaldo de la dirección del centro cuando son acosados.
Quitó la denuncia por miedo
Un profesor de un instituto de Las Palmas de Gran Canarias retiró hace unas semanas una denuncia de los juzgados contra uno grupo de alumnos que le hacen la vida imposible en el aula, según explicó a este diario el sindicato independiente ANPE. El docente, que no quiso que reveláramos su identidad, tomó esta decisión porque es interino y tiene miedo de que este incidente le afecte negativamente cuando se presente a las oposiciones. ANPE contó que son muy pocos los profesores que acuden a los tribunales y que la mayoría vive en silencio la pesadilla.
Sentencias pioneras en España
Colegio Manuel Altolaguirre (Málaga). Golpeó a la profesora de su hijo. Una madre aceptó el 14 de enero un año de cárcel por agredir a la profesora de su hijo, a la que golpeó y tiró al suelo delante del alumno y de otras madres. Además, fue condenada a pagar 200 euros de indemnización a la docente.
Esther Rodríguez, profesora. Fue brutalmente golpeada por una alumna en el I.E.S de Teror (La Palmas). Hace dos semanas, el juez le dio la razón y condenó a la agresora a un año de libertad vigilada, la obligación de someterse a tratamiento psicológico y a 9.000 euros de indemnización, que tendrán que pagar sus padres.
IES Universidad Laboral. La Fiscalía de Menores de Toledo expedientó el 13 de enero a cuatro menores que amenazaron con violar y matar a una de sus profesoras. En un primer momento, la docente temió que le tocara volver a darles clase, pero finalmente los cambiaron de horario.
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