miércoles, 13 de enero de 2010

Puerto Príncipe, zona cero

Efe | Puerto Principe
Actualizado jueves 14/01/2010 00:00 horas

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Un día después de uno de los terremotos más devastadores de las últimas dos décadas, la capital de Haití, Puerto Príncipe es una herida abierta, donde los muertos y los vivos se mezclan entre los escombros de lo que hace unas horas eran edificios oficiales y hogares.

El terremoto de 7 grados de magnitud Richter que sacudió Haití este martes ha convertido las calles de Puerto Príncipe en un hervidero de miles de personas que lo invaden todo, algunas por miedo a regresar a sus casas y otras porque ya no tienen techo.

Puerto Príncipe también es hoy un cementerio. Hay cadáveres tendidos en el suelo por todas partes en la ciudad, otros que son trasladados por grupos de personas y se sabe que también los hay debajo de los numerosos edificios derrumbados o dañados por el gran sismo.

Todavía sin cifras oficiales de víctimas, Jean Max Bellerive, primer ministro del país habla de "más de cien mil muertos".
'Es una catástrofe'

"El Parlamento se ha hundido, el edificio de impuestos, las escuelas, los hospitales. Hay muchas escuelas derruidas con mucha gente dentro", afirmó el presidente haitiano. Los pocos hospitales que han quedo en pie "están abarrotados con gente. Es una catástrofe", añadió.

Puerto Príncipe, una ciudad que no sabe de planificación ni de urbanismo y donde se calcula que viven dos millones de personas, se ha llevado la peor parte de esta tragedia. El epicentro se sitúo a tan solo 15 kilómetros de la capital.

Barrios enteros han desaparecido, cientos de edificios públicos se han derrumbado como un castillo de naipes, inlcluido el palacio presidencial. Preval dijo hoy al diario Miami Herald que ha recorrido varios barrios de Puerto Príncipe para evaluar los daños y lo que ha visto es "inimaginable".

Caminó entre cuerpos aplastados y escuchó los gritos de las personas atrapadas en los escombros del edificio del Parlamento.
Buscando consuelo y esperando la ayuda

Los supervivientes se agrupan en las calles en espera de ayuda, mientras se dan consuelo e intentan asimilar la magnitud de la tragedia. En todas las vías y plazas principales se ven aglomeraciones humanas. Algunos se dedican a la ingente tarea de retirar escombros en busca de más supervivientes o cadáveres.
AP

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"Hay muchos muertos por todas partes. Yo quisiera dirigirme a todo el mundo en el extranjero: en Haití todos somos damnificados y tenemos mucha necesidad de ayuda para la gente mas afectada", dice un joven haitiano frente a la plaza Champ de Mars, frente a lo que queda Palacio Presidencial.

Al igual que Charles, quien se considera un "verdadero superviviente", otros ciudadanos expresaron sus desesperación con llamamientos y peticiones de ayuda, como Joel: "Necesitamos mucha ayuda, con la máxima urgencia".

Para permitir la llegada de ayuda humanitaria, es de vital importancia la reconstrucción del aeropuerto de la capital, esta infraestructura resulta imprescindible para que empiecen a recibir cargamentos de ayuda y personal especializado.

La comunidad internacional ha respondido con generosidad a las peticiones de ayuda de las autoridades haitianas y ya han empezado a llegar cargamentos y equipos de socorro, así como especialistas, pero la torre de control está dañada y solo hay un controlador aéreo operativo, indicaron fuentes de compañías aéreas dominicanas que vuelan a Puerto Príncipe.

En este paisaje de devastación, desolación y caos hay también quien busca sacar provecho, y ha habido pillaje en los establecimientos comerciales. Las fuerzas de seguridad y los voluntarios, además de rescatar a las víctimas del terremoto, están tratando de garantizar el orden público, con patrullas día y noche por la ciudad y sus alrededores.

A pesar de los episodios de pillaje, el primer ministro haitiano en una entrevista en la CNN ha querido resaltar que la población se está comportando con "calma" y "madurez".

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