domingo, 27 de diciembre de 2009

Atracción fatal: El beso del sueño... eterno

JOSÉ M. CAMARERO
Publicado Domingo , 27-12-09 a las 01 : 35
Ella: una sensual ecuatoriana, camaleónica y avispada. Ellos: hombres españoles, solteros o divorciados, con ganas de disfrutar de una noche de risas y copas. Lugar: salas de fiesta madrileñas donde acuden maduros. Una cita (casi) perfecta que acababa, la mayoría de las veces, en casa de las víctimas para tomar la última copa. Pero este guión cinematográfico no acababa como estamos acostumbrados… sino en una ingestión de estupefacientes disueltos en las copas que adormecían a las víctimas el tiempo necesario para que, ella, su ligue, desvalijara la vivienda. Era el beso de un sueño que ha podido ser mortal.
Así es como Verónica P. M. de 34 años, dejaba supuestamente su sello en la noche madrileña. Hasta que una de las dosis que proporcionaba a sus ligues se le podría haber ido de las manos y podría haber provocado la muerte de, al menos, una persona: Juan G. R., un hombre de 58 años que aparecía muerto en su vivienda de Madrid el pasado 13 de marzo. La acusada podría enfrentarse a hasta 20 años de cárcel por éste y otro posible homicidio con el que se la relaciona, el de Jesús C. Z., fallecido en similares circunstancias. Fuentes policiales apuntan a que podría haber desvalijado a casi una decena de víctimas.
Su «modus operandi» no podía estar mejor confeccionado, a tenor de lo que se explica en el auto judicial acusatorio. Sabía dónde tenía que actuar; quiénes eran sus víctimas; cuál era el estupefaciente perfecto; y tenía incluso apoyo logístico. Al parecer, esta ecuatoriana acudía a salas de fiesta de distritos como el de Salamanca donde la afluencia de hombres maduros es constante: «Buscan pasárselo bien, olvidarse de sus problemas y disfrutar un rato», comenta uno de los porteros de estas salas. Allí, Verónica buscaba supuestamente a sus víctimas: las cotejaba, les susurraba y se les insinuaba… «¿Tomamos la última en tu casa?».
Esta mujer, incluso, podría haber cometido delitos similares en su país. El 12 de abril de 2002, dos jóvenes ecuatorianas fueron detenidas en Guayaquil acusadas de utilizar somníferos para robar a sus víctimas. Una de las detenidas era, casualmente, según destacaba el diario El Universo de Ecuador, una tal Verónica P. M.

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