SARA SANS | Tarragona | 19/12/2009 | Actualizada a las 00:38h | Sucesos
Un niño de 3 años estuvo siete horas solo y encerrado en el autocar que lo llevaba a la escuela. Desde las nueve de la mañana y hasta las cuatro de la tarde. Cuando Daniela, su madre, acudió al colegio a buscarlo la maestra le dijo que no había ido a la escuela, la monitora explicó que lo había entregado, sin poder decir a quién, y, ante la desesperación de Daniela, a otra madre se le ocurrió la posibilidad de que el pequeño estuviera en el autocar. Y así fue.
Después de siete horas sin comer ni beber, de haberse orinado encima y con signos evidentes de haber llorado mucho, el pequeño permanecía al fondo del autocar todavía atado con el cinturón y con síntomas de shock. "Parece increíble que se pudieran olvidar al niño, ha habido una cadena de negligencias que no pueden volver a repetirse", insiste Pablo Sapoznik, el padre del crío.
Los hechos ocurrieron anteayer en la Nou de Gaià. La familia Sapoznik, que tiene otro hijo de un año y medio, vive en Vespella de Gaià y su pequeño de 3 años va en autocar cada mañana junto con otros 17 niños hasta el colegio Les Codinetes, de La Nou. El Consell Comarcal del Tarragonès es quien gestiona este transporte escolar. "Dejas el niño en el bus y te marchas tranquilo a trabajar pensando que tu hijo está en la escuela, y ya ves...", insiste. La pareja ha denunciado el caso a los Mossos d'Esquadra, que han abierto una investigación y tienen previsto interrogar tanto al conductor como a la monitora encargada del autocar. También Ensenyament ha abierto un expediente para averiguar qué falló.
Los padres atribuyen lo ocurrido a una cadena de errores. En primer lugar de la monitora, que no se dio cuenta de que el niño se había quedado en el autocar. Del conductor, porque aparcó el vehículo en un descampado sin asegurarse de que estuviera vacío, y también de la escuela: "La directora nos apoya en todo pero algo falló también en la escuela, nosotros siempre llamamos cuando el niño está enfermo y nadie nos llamó para preguntarnos por qué ese día se había ausentado", lamenta el padre. Según él, incluso los compañeros del colegio (de un centenar de alumnos) preguntaron por el niño y la monitora les dijo que "lo había entregado". Los padres quieren ahora olvidar lo ocurrido "pero pero encima de todo que no vuelva a ocurrir".
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