domingo, 19 de septiembre de 2010

España, ¿el peor país para tener estudios?


Observe esta tabla. Es el ranking de la OCDE de países según “el porcentaje de licenciados universitarios con empleos de baja cualificación, como porcentaje del total de licenciados de edades comprendidas entre 25 y 29 años”.

España lo encabeza. Es decir que, al menos en los primeros años de vida laboral, tener un título universitario es escasamente útil. Es algo que comentaba el 8 de septiembre un lector en este mismo blog:

“Yo soy joven con carrera en el sector de la construcción.Antes de la crisis me llamaban 3 o 4 empresas al año(sin presentar curriculum)para hacer prácticas y lo rechazaba por acabar mis estudios.Ahora me encuentro con que no puedo competir con los de mi gremio porque no tengo experiencia laboral.Si accedo a puestos con menor formación(delineante),del cual tengo toda la carrera de experiencia haciendo planos a ordenador,no vale porque no tengo el módulo.Y si accedo a puestos aún más bajos,tipo peón,me encuentro curiosamente con que de 200 o 300 inscritos,resulta que "todos" poseen más estudios que yo,y en idiomas andan sobrados...y yo hablo dos idiomas...Si no puedo acceder a lo mio,si no puedo bajar un poco porque no tengo módulo,y en teoría,donde no me piden estudios,los que no lo tienen inflan a lo bestia sus curriculums,que me queda?Al final, no te vuelves cinico,sino un superviviente...hasta que punto?No sé,tal vez a final de año en mi curriculum ya sea nobel de física”.

Es una mezcla mortal de burocracia y mercado laboral colapsado.

Ahora bien, ¿significa esto que estudiar una carrera—o un master, o un doctorado—no vale para nada en España? Puede que sí. O puede que no. Caben dos matices:

1) Eso es sólo en los primeros años de vida laboral, algo que podría ser comprensible en un país con un mercado de trabajo esclerotizado como el nuestro, con ‘fijos’ que en la práctica son funcionarios en las empresas, y ‘eventuales’ que ‘disfrutan’ de un mercado de trabajo más liberalizado que el de EEUU. A medida que los ‘eventuales’ (antiguamente llamados ‘esclavos’) pasan a ser fijos, su salario sube;

2) Si uno tiene carrera, acaso no les espere un futuro brillante. Pero, si no la tiene, todavía lo va a pasar peor. En mi opinión (que no se basa en ningún dato), ésta es la verdadera respuesta. Para comprobarlo, vea este otro gráfico, también de la OCDE, que revela que el porcentaje de españoles con estudios universitarios y empleo es del 83,6%, mientras que sólo el 59,1% de los que tienen educación secundaria están trabajando.

En otras palabras: tener un título es casi indispensable en España… para acceder a un trabajo inferior a la cualificación académica que se tiene.

Sea lo que sea, las conclusiones parecen claras: España tiene un sistema educativo disfuncional para un mercado laboral disfuncional. Un sistema educativo que produce titulados que luego no encuentran salida laboral.

Eso puede explicarse de varias formas:

1) Producimos demasiados universitarios;

2) Nuestros universitarios están poco preparados;

3) Nuestros universitarios no son demandados por el mercado, lo que podría suponer, exactamente, lo contrario de la frase anterior: que están demasiado bien formados para un país que, por más que hablemos de ‘energía limpia’ y de ‘tecnologías de la información’ sigue siendo fundamentalmente una economía de sol, playa y ladrillo, con escasa innovación y nulo apetito por el riesgo.

Cualquiera de las tres opciones anteriores ofrece, a su vez, dos posibilidades:

1) Echarse a llorar;

2) Echarse a temblar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario