Lurigancho es tierra de nadie. Dentro del penal más sobrepoblado de la capital –con capacidad para 1,800 internos, pero donde viven más de 9,000– se arman fiestas los fines de semana y se venden cerveza, licores artesanales y drogas. Además, internos denunciaron cobros de cupos para la comida y revelaron que hay armas de fuego dentro del centro.
Frente al pabellón 11 del penal se organizan fiestas con luces e incluso con orquestas en vivo. La entrada a estas ‘celebraciones’ vale entre 10 y 20 soles. La lata de cerveza, cuya venta está prohibida, cuesta 11 soles. En octubre del año pasado, este tipo de situaciones, que revelan un alto grado de corrupción, ya se habían denunciado, pero al parecer nada cambió desde entonces, pese a que se anunció a que se iba a reforzar el control e instalar cámaras de seguridad.
Esta situación la reveló un informe de Panamericana Televisión, que señala además que en el descampado conocido como la ‘pampa’, frente al pabellón 3, se puede conseguir la droga conocida como ‘piedra’ a solo un sol. Además, los presos venden el trago artesanal conocido como ‘chicha canera’ con total tranquilidad.
ABUSOS. Un recluso, que se identificó como José Ávila Ramírez, señaló que el pabellón 3 es dominado por el delegado ‘Larry’, que sería Telmo Vásquez Fernández. El sujeto es acusado de cobrar cupos de tres o cuatro soles a los internos por la comida. “Él tiene la autoridad en el pabellón y todo acá está en sus manos. Si lo denuncias, no te hacen caso”, denunció Ávila Ramírez.
Otro interno, que prefirió mantener en reserva su identidad, sostuvo que en la biblioteca del pabellón 3 se esconden armas de fuego, puñales e incluso explosivos. “Ahí están los fierros, hay dos de cañón largo, chavetas y bombas”, contó.
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