viernes, 4 de junio de 2010

“Los vikingos no usaban cascos con cuernos”


Jakobsen, vikingo de verdad, a la izquierda, y su falsa idealización, Tejure.

Björn M. Buttler Jakobsen es el rey del poblado vikingo Foteviken, en Noruega. No es que trabaje en un parque temático de los vikingos sino que ejerce como rey vikingo, viste como tal y hace lo propio (salvo asaltar pueblos y violar a las mozas). En una interesante entrevista en el último número de la revista Vice, Jakobsen hace una sorprendente revelación: los vikingos usaban cascos de cuero, no metálicos, y no tenían cuernos en ellos. Esta iconografía, que ha quedado grabada en el imaginario popular surgió, en realidad, de la recreación de una ópera de Wagner, “El ocaso de los dioses”, ambientada en la mitología nórdica.

Estas son algunas de las frases entresacadas del artículo “Un vikingo de hoy” (realizada por Milène Larsson) acerca de la genuina indumentaria vikinga:

“La imaginería que sale en las películas no es representativa del aspecto que tenían de verdad. Por ejemplo, se asume que llevaban cascos metálicos con cuernos, pero el metal era muy caro. Una espada costaba tanto como una casa; sólo los más ricos tenían una. Lo que llevaban los vikingos era un casco de cuero con refuerzos de metal, si se los podían permitir. Tenían arcos, cuchillos, lanzas y a veces hachas, herramientas que utilizaban en su vida diaria para cazar, comer o cortar madera, y también útiles para aplastar cabezas cuando iban a la guerra.

¿Entonces por qué tenemos esa idea de los cascos de metal con cuernos?


Es un mito originado en el siglo XIX a raíz de la ópera de Wagner El Ocaso de los Dioses, que trata del Ragnarök, el fin del mundo en la mitología nórdica. En esa ópera se mezclaban todo tipo de elementos y símbolos porque era lo típico durante el Romanticismo: realzar las cosas, exagerarlas, darles color.

¿Así que la imagen más famosa de los vikingos es una fantasía de un diseñador de vestuario del siglo XIX?


Más o menos, sí. Aunque es probable que durante la Edad del Bronce existiera algún tipo de casco con cuernos que utilizaran en las ceremonias.

No menos sorprendente que la ausencia de cuernos en el casco resulta la consecución de los colores que exhibían la dignidad del jefe vikingo: azules y rojos. Según cuenta Jakobsen,

“El rojo y el azul eran signos de riqueza porque eran los colores más difíciles de hacer. Por ejemplo, la única manera de conseguir que un tejido adquiriera tono azulado era hervirlo con orina de un hombre que hubiera estado tres días bebiendo

¡Puagh!

¡Ja! Sí, había que hervir la tela con orina. Tengo amigos que lo han intentado y parece que olían tan mal que tuvieron que evacuar la casa y dejar las ventanas abiertas dos días. No, la orina de hombre hervida no huele bien.

¿Y qué hay del tinte rojo?

El rojo más vivo lo obtenían aplastando cierto tipo de piojo español.

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