14 Octubre 10 - Madrid - Pablo J. Ginés
El arzobispo Souraphiel: «Parece ser que no se permite enterrar a los cristianos que mueren en Arabia Saudí: sus cuerpos son embarcados hacia Etiopía para su entierro. ¿Se podría pedir a las autoridades saudíes la creación de un cementerio para cristianos en Arabia Saudí?» Souraphiel recordó que cada año 12.000 etíopes, en gran parte cristianos, emigran a Oriente Medio, «la mayoría son explotados y sufren abusos», pero añadió una profecía: «recordemos que los emigrantes de hoy serán los ciudadanos y líderes de mañana, en sus países de acogida y en los de origen».
Respondiendo al obispo indio Bosco Puthur, que el día anterior había lamentado que los 430.000 católicos siro-malabares en el Golfo Pérsico carecieran de sus propios sacerdotes, liturgia y tradiciones al estar bajo la autoridad exclusiva de la jerarquía latina, el obispo de Arabia, el suizo Paul Hinder, defendió el sistema actual diciendo que «ha ayudado a mantener y promover la unidad y evitar la fragmentación». Después habló de «acuerdos de colaboración en el respeto de cada situación particular» con la jerarquía católica oriental: es decir, el Golfo es latino, y los católicos orientales han de pasar por Hinder para atender a sus cientos de miles de fieles allí emigrados.
Por su parte, el arzobispo libanés Elie Haddad pidió «distinguir claramente entre islam y fundamentalismo» para facilitar el diálogo con los musulmanes.
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