lunes, 8 de noviembre de 2010

Pena de muerte al violador y asesino de una madre y sus dos hijas en Connecticut


Un jurado ha decidido este lunes que Steven Hayes sea condenado a pena de muerte por el brutal asesinato de una madre y sus dos hijas en 2007. La sentencia se ha hecho efectiva después de casi 18 horas de reflexión. Hayes fue condenado hace un mes por 16 de los 17 cargos que pesaban sobre él, entre los que se incluyen nueve por asesinato y homicidio capital y cuatro cargos por secuestro.

Según informa la 'CNN', los fiscales alegaron que Hayes y otro hombre, Josué Komisarjevsky, entraron en la residencia del Dr William Petit en julio del 2007, localizada en Connecticut. Golpearon al médico, violaron y estrangularon a su esposa, Jennifer Hawke-Petit, y a una de sus hijas de 11 años; y asesinaron a la otra, que tenía 17. Acto seguido, prendieron fuego la casa.

La cadena de noticias muestra que cuando los miembros del jurado (compuesto por cinco hombres y siete mujeres) entraron en la sala, se limitaron a mirar a la familia Petit, no así a Hayes, que en todo momento mantuvo su vista al frente.

Los medios estadounidenses también recogen la fortaleza con la que aguantó la familia de las víctimas aunque también aseguran que hubo momentos en los que el único superviviente del ataque, el padre, no pudo aguantar y se le pudo ver secándose las lágrimas.

A la salida del juicio, Petit aseguró a la prensa que la decisión era "justa y apropiada". Agradeció al jurado el haber hecho su trabajo y reconoció que sus lágrimas durante la lectura del veredicto eran por la "pérdida" de su familia. "Probablemente muchos de ustedes tienen hijos. Mi hija de 11 años fue torturada y asesinada rodeada de sus peluches", comentó Petit.
La mañana del crimen

Durante la mañana del crimen, aquel domingo 23 de julio de 2007, la Policía ya se acercaba a la residencia de la familia Petit, alertada por la llamada de un vecino que escuchó los gritos de auxilio de William, que, con los pies atados y la cabeza ensangrentada, pudo escapar de la casa. Antes de llegar, las autoridades comprobaron como dos hombres huían dejando la residencia en llamas.

Fueron detenidos rápidamente y cuando regresaron al hogar, encontraron al padre de familia convaleciente de la paliza que había recibido. En habitaciones separadas yacían los cuerpos maniatados y sin vida de su mujer y sus dos hijas.

El condenado a muerte, Steven Hayes, de 44 años de edad y su compañero, Joshua Komisarjevsky, de 26, violaron a Jennifer, de 48 años, y a Michaela, de 11. Cuando Petit escapó a pedir ayuda a sus vecinos, su esposa ya había fallecido estrangulada y Hayes se disponía a rociarla con gasolina, a ella y a sus pequeñas, con el fin de no dejar evidencias de ADN. Cuando lo hizo, las chicas aún seguían vivas.
Hayes prefiere la pena de muerte a una condena de por vida

El condenado, Steven Hayes, nunca ha llegado a testificar en el juicio, aunque sus abogados defensores siempre dejaron claro al jurado que su cliente sufriría más con una pena de por vida que con su muerte.

"La vida en la cárcel sin tener la posibilidad de poder salir es la pena más dura, es peor que la muerte", llegó a argumentar uno de los abogados. Según los expertos, el papel de los defensores de Hayes ha sido determinante en esta sentencia que sin duda beneficia al condenado. "Tiene unos abogados excelentes", llegó a comentar la fiscal y tertuliana de la CNN Sunny Hostin.

Explica que uno de los abogados de Hayes llegó a humanizar al acusado al cogerlo del hombro mientras explicaba que "no se trata de un perro rabioso que tenga que ser condenado a muerte. Ha perdido 80 kilogramos de peso. Nunca tendrá un baño privado. Nunca comerá la comida que cocine, sólo la que le suministren". Tal y como afirman Hostin, esa brillante intervención hizo que consiguieran la pena de muerte.

Por otro lado, los fiscales argumentaron no poder "atarle a una cama y rociarle con gasolina, aunque contamos con la pena de muerte". Y así será. Hayes, que aún vivía en casa de su madre cuando cometió los brutales asesinatos y tenía problemas con las drogas, recibirá la sentencia formal el próximo dos de diciembre. Su compañero, Joshua Komisarjevsky, será juzgado en enero.

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